La mayoría serían modelos de pequeño tamaño, similares al Chevrolet Spark, precisó el diario, aunque en realidad, según una de sus fuentes, la idea "es una sugerencia que forma parte del plan de viabilidad (que está llevando a cabo GM ante sus apuros financieros), pero todavía no ha sido decidida". "Todas las iniciativas se hacen para reducir costes y proporcionar a GM una ventaja competitiva en sus costes", destacó la fuente del diario.

De confirmarse sus afirmaciones, las dos empresas mixtas de GM en China (Shanghai GM y SAIC-GM-Wuling, que mantiene con el mayor fabricante chino, la Corporación Industrial del Automóvil de Shanghai, o SAIC, en sus siglas en inglés) podrían ser las primeras fabricantes chinas en exportar a EEUU.

Para ello, tendrían que alcanzar con sus productos los estándares de seguridad y de emisiones contaminantes del exigente mercado estadounidense, cuestión sobre la cual Zhang no respondió a Efe, aunque dio a entender que los planes revelados por la prensa pueden estar entre las opciones de la compañía.

"GM está revisando varias opciones a medida que vamos avanzando en el proceso de reestructuración", dijo Zhang.

Sin embargo, tras ser preguntada por los coches que GM fabrica en China y que podría vender en EEUU, aseguró que la compañía no responde a "especulaciones de los medios sobre modelos específicos".

Con todo, declaró que "la principal prioridad de GM China es satisfacer las necesidades del mercado nacional (chino)", y que "la filosofía de GM siempre ha sido fabricar donde vendemos".

"Continuaremos creyendo que esa es la mejor estrategia para el éxito a largo plazo, desde un punto de vista tanto de desarrollo de productos como de planificación del negocio", concluyó.

El Gobierno estadounidense anunció en abril un nuevo paquete de ayuda de 5.000 millones de dólares (3.686 millones de euros) destinados a GM para que pueda seguir funcionando hasta el 1 de junio, la fecha límite dada por Washington para que presente un nuevo plan de reestructuración.

Así, GM espera poder liquidar 44.000 millones de deuda (32.450 millones de euros), aunque para ello estudia eliminar 21.000 empleos y deshacerse de la marca Pontiac para reducir costes y mantenerse a flote.

En China, sus ventas aumentaron en abril pasado un 50 por ciento interanual, hasta alcanzar su propio récord mensual con 151.084 unidades vendidas.