La rebaja se fundamenta en dos aspectos: "La intensificación de la crisis de la zona euro y, en segundo lugar, el riesgo que supone los planes de consolidación fiscal en algunas regiones y la revisión a la baja de las previsiones de crecimiento".

Fitch cree que "una solución creíble y global a la crisis es política y técnicamente compleja y llevará tiempo ganar la confianza de los inversores". Así, destaca que la recesión ha impactado negativamente en la estabilidad financiera y las perspectivas de crecimiento de toda la región. Si bien, subraya que España es especialmente vulnerable esto por el alto nivel de déficit público, de deuda exterior neta y la fragilidad de la recuperación, así como al proceso de desapalancamiento.

Por su parte y respecto a Italia, la agencia de calificación Fitch ha ha rebajado el rating hasta AA- con perspectiva negativa. Según la nota de Ficht, "la rebaja refleja la intensificación de la crisis de la zona euro, que tiene un importante impacto económico y financiero que ha debilitado el perfil del riesgo soberano de Italia".

Como Fitch ha advertido anteriormente, "una solución creíble y global a la crisis es política y técnicamente compleja y llevará tiempo ponerla en práctica y ganar la confianza de los inversores. Mientras tanto, la crisis ha impactado negativamente en la estabilidad financiera y las perspectivas de crecimiento en toda la región".

Pero Fitch enfatiza que "el alto nivel de deuda pública y la necesidad de financiación fiscal, junto con la baja tasa de crecimiento potencial de Italia le han hecho especialmente vulnerable a tales perturbaciones externas".

Además, la agencia asegura que "la respuesta de gobierno italiano a la propagación del contagio, inicialmente vacilante, también ha erosionado la confianza del mercado en la capacidad de Italia para navegar con eficacia a través de la crisis de la eurozona".