La decisión se inscribe en la política de la eléctrica de repartir el 50% del dividendo ordinario entre los inversores del grupo, así como el 100% de las ganancias extraordinarias.

La decisión sobre el dividendo fue adoptada en un consejo de administración celebrado tras la junta general extraordinaria de accionistas de diciembre, la primera con el organigrama surgido tras la salida a finales de junio de Acciona del capital de la compañía y la entrada de los nuevos consejeros nombrados por Enel, que controla en la actualidad un 92% de la eléctrica.