Ayer el Tribunal Constitucional alemán
dió luz verde al primer programa para el mecanismo de rescate del euro y las ayudas para los países de la eurozona en apuros financieros. La discusión parlamentaria, sin embargo, culminará con la pertinente votación a finales de mes.

El máximo tribunal germano exigió que todo nuevo programa e incluso cada tramo de ayudas a países necesitados de la zona euro sean ratificados como mínimo por la Comisión Presupuestaria del Bundestag al reclamar un mayor control parlamentario.

Aunque es seguro el apoyo al nuevo paraguas de rescate del euro de la oposición socialdemócrata y verde, con lo que su aprobación parece indiscutible, Merkel debe aportar su mayoría de 19 diputados en el Bundestag si no quiere ver peligrar su coalición conservadora-liberal.

El propio vicepresidente del grupo parlamentario de la Unión de Merkel, Wolfgang Bosbach, encabeza el grupo de los rebeldes con el argumento de que las ayudas financieras a los países en crisis podrían convertirse en un flujo ilimitado que amenaza la economía de Alemania.