Entre los cambios que ya se están produciendo, Sáenz citó la desaceleración del crédito, que implica que la gente ya ha empezado a ahorrar, aunque dejó claro que "el negocio de la banca es prestar dinero y lo vamos a seguir haciendo".

También se refirió al creciente repunte de la morosidad que sufren todas las entidades financieras españolas y dijo que a partir de ahora estas tendrán que ser mucho más rigurosas con los criterios de evaluación del riesgo previos a la concesión del crédito, que también se encarecerá debido a la menor liquidez que existe en el mercado, entre otros motivos.


Las entidades financieras tendrán que prestar más atención a los costes y a mejorar sus ratios de eficiencia, por lo que "ahora toca revisar todos los planes de expansión y todos los proyectos", dijo Sáenz, que advirtió que, si es necesario, incluso habrá que "recortar la capacidad instalada del sector".

Esto último es algo "muy sano", que llevan mucho tiempo haciendo muchas empresas en sectores maduros, principalmente industriales, y ahora "nos toca hacerlo al sector financiero".

Es la hora de desapalancar, reestructurar y ahorrar, dijo Sáenz, para añadir que se necesita "una coordinación global de política monetaria y fiscal para solucionar" la crisis.