“El desarrollo, industrialización y urbanización de los países emergentes acelera la demanda de energía y de otras materias primas”. Además está el fracaso de las sucesivas cumbres para limitar la emisión de CO2 y el cambio climático y promover la eficiencia energética, se asegura desde Dracon Partners EAFI Javier Flores, analista de la casa.
 
A todo esto debemos añadir “el rápido declive de los pozos en producción” que hace necesario acelerar la explotación de yacimientos localizados y “la prospección de nuevos lugares”. Flores continúa, “estas previsiones de aumento de la oferta dependen de que se acometan inmensos importes de inversión en exploración y extracción” que impulsarán a su juicio los precios para ser rentables, “ya que la oferta tarda en reaccionar y cada vez requiere precios más altos por varias razones”.
 
Entre estas razones el experto alude al “incremento de costes laborales, cuellos de botella en ingeniería, declive de grados del mineral, restricciones medioambientales, mayor coste del equipamiento y aumento costes de transporte.”
 
El experto concluye afirmando que “al margen de la situación geopolítica actual en los países árabes, el petróleo cuenta con todos los argumentos para propiciar una subida muy fuerte de los precios en algún momento de los próximos años.”