Las estimaciones del PIB para el cuarto trimestre sitúan el crecimiento del PIB, en el conjunto de 2007, en el 3,8%, una décima por debajo del registrado en 2006, como resultado de una aminoración del ritmo de crecimiento de la demanda nacional, ligeramente más intensa que la que se observó en 2006, y de una nueva y significativa corrección de la aportación negativa de la demandaexterior neta, que se habría situado en –0,7 pp.Todos los componentes de la demanda interna
experimentaron incrementos algo inferiores a los de 2006, con la excepción de la inversión residencial —que mostró una desaceleración algo más acusada— y de la inversión en bienes de equipo —que, en el conjunto del año, intensificó el ya elevado ritmo de crecimiento que había registrado el año previo—. Por el lado de la oferta, el empleo mantuvo altas tasas de crecimiento, en el entorno del 3% en el promedio del año, si bien exhibió un perfil de desaceleración a lo largo del ejercicio, al hilo de la pérdida de vigor de la actividad en el sector de la construcción.La notable generación de empleo en 2007 permitió absorber, un año más, los importantes incrementos de la población activa, al tiempo que se producían nuevos recortes en la tasa de paro, que alcanzó un mínimo del 8% en los meses centrales del año, aunque en el último trimestre repuntó hasta el 8,6%.En cuanto a la inflación, la tasa de crecimiento del IPC se situó, en elpromedio del año, en el 2,8%
, por debajo del valor medio del año anterior (3,5%), si bien a partir del verano mostró un perfil de progresiva aceleración, hasta concluir el año registrando un crecimiento interanual del 4,2%, que situó el diferencial de inflación con la UEM en 1,2 pp. El repunte de los precios del petróleo en los últimos meses del pasado año y los elevados incrementos de determinados productos alimenticios se han sumado a los efectos del perfil heredado del año anterior y han conducido a un deterioro de la situación inflacionista en la parte final de 2007.En el panorama económico internacional, a lo largo del último trimestre de 2007 destacan la prolongación y la acentuación de las turbulencias financieras que se iniciaron en el verano, a raíz de la crisis de las hipotecas de alto riesgo en Estados Unidos, donde se han empezado a detectar síntomas de un claro debilitamiento de la actividad económica, impulsado por la crisis del sector inmobiliario y por las tensiones financieras que la acompañan. Pese a ello, los datos publicados relativos al último trimestre del año apuntan al mantenimiento del dinamismo de la economía mundial en su conjunto, apoyado en la fortaleza que continúan mostrando las economías emergentes y en la resistencia de la mayoría de economías europeas. No obstante, el clima de incertidumbre se ha extendido a buena parte de los países industrializados, con especial incidencia en aquellos en los que el ciclo económico es más dependiente de la actividad inmobiliaria. En este contexto, las perspectivas de crecimiento de la economía mundial se han revisado a la baja y se ha acentuado la incertidumbre que las rodea.