Parecía que la jornada sería tranquila, al menos los primeros minutos de negociación lo han sido al otro lado del Atlántico. Sin embargo, el optimismo generado por el acuerdo alcanzado por demócratas y republicanos para elevar el techo de deuda se ha visto neutralizado por datos macro como el ISM Manufacturero. Y es que la referencia quedó en el mes de julio en 50.9 puntos, desde los 54.5 puntos esperados por el mercado.  El dato es el más bajo desde julio de 2009, un mes después de que la recesión terminara oficialmente. Eso sí, cualquier nivel por encima de 50 muestra crecimiento.

Una referencia que ha provocado que los índices de Wall Street - que comenzaron la sesión con subidas de más del 1%- se hayan sumergido nuevamente en terreno negativo. El Dow Jones recorta un 0.29% hasta los 12.107 puntos. El tecnológico descuenta un 0.3% de su cotización en tanto que el S&P500 amplía sus pérdidas hasta el 0.43%, que le lleva a cotizar en los 1.286 puntos.


Un comportamiento que ha contagiado a la renta variable europea, especialmente la española. Apenas una hora antes de echar el cierre, el Ibex 35 pierde más del 2.6%, hasta los 9.374 puntos. Una penalización que llega liderada por el sector de la construcción y servicios. Acciona, OHL y FCC pierden más del 4,5% en tanto que el sector financiero - con Banco Popular, Bankinter y BBVA a la cabeza- cuenta penalizaciones superiores al 4%. Y es que, de los grandes valores no se salva ninguno de la quema. Banco Santander descuenta un 2.38% de su cotización. Telefónica pierde un 1.96% - y vende sus títulos por 15..24 euros- mientras que Iberdrola y REpsol cuentan pérdidas superiores al 2.5% en sus cotizaciones.

En el resto de plazas europeas, las pérdidas son más livianas. El DAX pierde un 0.6%, el Eurostoxx50 descuenta un 1.25% de su cotización. El FT-100 pierde un 0.19% mientras que el CAC-40 amplía hasta el 1.38% sus números rojos.