GDF-Suez será el primer comprador y comercializador de gas en Europa, un líder mundial en el gas natural licuado, quinta eléctrica europea y primero de Europa en la red de transporte y distribución.La fusión se plantea sobre la base de veintiuna acciones de Gaz de France por veintidós de Suez, según el acuerdo conjunto, que se ha desbloqueado en la última semana después de meses de parálisis que parecieron abortar el proyecto.Los Consejos de Administración de ambas empresas aprobaron anoche el proyecto, con el que ambas partes
confían en obtener una sinergia de mil millones de euros al año hasta 2013. Esa sinergia requerirá una inversión de trescientos millones de euros para la aplicación de diferentes medidas.Las dos empresas por separado acumulaban una deuda de 14.000 millones de euros en diciembre pasado, según la estimación de ambas partes.Desbloqueo
Uno de los factores que ha desbloqueado el proyecto ha sido que Suez ha debido aceptar la sugerencia de las autoridades franceses de centrarse en el terreno de la energía y desprenderse parcialmente de sus actividades de servicios medioambientales, como el saneamiento, la distribución de agua y el reciclaje.Por eso se va a crear una filial que agrupará el la mayor parte de las actividades de Suez en ese ámbito medioambiental y que saldrá a Bolsa, aunque el nuevo grupo tendrá el 35 por ciento del capital de esa sociedad.Este polo medioambiental contará con unos 60.000 trabajadores, con un volumen de negocio de 11.400 millones de euros y una deuda estimada en 5.400 millones.En la actualidad Suez tiene 140.000 trabajadores en todo el mundo, mientras que la gasista tiene una plantilla de 52.000 empleados.ResponsabilidadesEl ahora presidente de Suez, Gérard Mestrallet, mantendrá ese cargo en el nuevo grupo y tendrá como número dos al actual máximo ejecutivo de GDF, Jean-Francois Cirelli.Ambos directivos comparecerán ante la prensa a primera hora de la tarde para explicar los detalles del proyecto, frente al que los sindicatos son reticentes, cuando no abiertamente hostiles, porque supone la privatización de Gaz de France (el Estado tiene ahora el ochenta por ciento) y puede tener efecto en el empleo.