Además en contra, la prohibición de sus transacciones en Turquía desde finales de mes y la caída a plomo del domingo, la de mayor envergadura desde febrero, a cuenta de rumores de blanqueo con criptomonedas y la intervención del Tesoro americano y que ponen en entredicho la estabilidad del valor.

A Bitcoin le está saliendo un enemigo muy pero que muy incómodo. Y es tremendamente peligroso porque viene de casa. Se trata de su huella de carbono. Y es que la minería de criptomonedas a nadie se le escapa que supone una gran cantidad de energía informática y por ende de electricidad al igual que su elevado número de transacciones en el mercado.

Un estudio realizado por Nature Comunications destaca que solo en China generará más de 130 millones de toneladas métricas de emisiones de carbono en 2024, cuando se espera alcance su punto más alto. Y desde la investigación realizada en la Universidad de Cambridge, ya en 2016 su cantidad de gases de efecto invernadero generadas habría superado la producción de las mismas de países como la República Checa o Qatar. También podría igualar en un año lo que genera por ejemplo Dinamarca o Irlanda.

Y ese sí que es un problema con el que lidiar en breve. Nada hay peor ahora mismo que ir contra la sostenibilidad, el cuidado del medio ambiente o las emisiones cero en 2050. Aunque ninguno dejemos el coche en casa, lo cierto es que el hardware de la minería de esta criptomoneda cada vez es más intensivo en consumo de energía y tendrá que lidiar con ello si no quiere perder el ansiado tren de la legitimidad financiera.

Lo rubrica Citigroup señalando que su consumo de energía es 66 veces mayor que el que realizaba en 2015, de ahí que pueda perder apoyo entre los inversores y todavía presente más escrutinio por parte de los reguladores.

Bitcoin capaz de lo mejor....y de lo peor. La cara negativa, esos descensos a plomo que nos retrotraían a las caídas de febrero pasado, que en pocos minutos ninaban a la criptomoneda en el mercado. Parece que hay sobre la mesa dos explicaciones plausibles a este fuerte retroceso. El primero un tuit sobre rumores de que el Tesoro de EEUU va a acusar a varias entidades americanas por blaqueo de capitales por el uso de criptomonedas.

Todo ello en la semana en la que hemos visto un Bitcoin más que potente, superando los 64.000 dólares a cuenta de la salida fulgurante a bolsa de Coinbase, que puede ser una de las mejores del ejercicio y un gran revulsivo para la criptomoneda que recordaba en twitter, poniendo los máximos de Bitcoin que éste, era solo el principio. Pero también con ese cierre con la caída a plomo de unos 7.000 dólares para el valor en apenas minutos.

De hecho es el mayor descenso para Bitcoin desde el pasado mes de febrero.

En su gráfica de cotización vemos que el valor pasa de lo mejor a un mal comportamiento semanal, con caídas del 11% en las últimas cinco sesiones por sus descensos del domingo, también en el mes cede un 11,2% para mejorar un 43% en el trimestre. De esta forma, sus avances anuales se recortan desde el triple dígito y alcanzan el 79,2%.

Fuente: wsj

Los indicadores premium de Estrategias de Inversión destacan que Bitcoin presenta una puntuación total revisada al alza de 9 sobre 10 con buena parte de los indicadores en positivo. Sólo a la baja encontramos el volumen de negocio a medio plazo que se muestra decreciente. El resto, con tendencia alcista a medio y largo plazo, momento total lento y rápido positivo, volumen a largo plazo creciente y rango de amplitud, a medio y largo plazo, decreciente.

Y los apoyos de la semana le llegaban, en primer término de un reconvertido a Bitcoin. Hablamos de Jim Cramer que entró en septiembre pasado a unos 12.000 dólares el valor para utilizalo como cobertura contra la inflación en su cartera a pesar de sus anteriores críticas a la divisa virtual. Dice que no le importaría que le pagaran en la criptomoneda de la que ha vendido parte, señala para pagar su hipoteca, en total casi la mitad de lo que tenía. En ese periodo este periodista, cuyo sueldo en la CNBC es de 5 millones de dólares anuales, ha ganado un 425% con la revalorización ante su conversión a Bitcoin.

Otra defensa a ultranza llegaba de Mark Cuban. El dueño de los Dallas Mavericks es conocedor, dice, de los riesgos, con un posible aumento de la volatilidad del valor o con una brusca caída de precio, pero confía a largo plazo en el aumento de cotización del valor en el mercado. Sigue defendiendo que puede ser el gran sustituto del oro y que al conocerse la oferta no hay razón alguna para que la demanda no aumente.

Lo peor esta semana, de ahí la caída del valor en las últimas sesiones, viene de Turquía:  prohibirá su banco central las transacciones con criptomonedas desde el próximo 30 de abril. La razón es el nivel de anonimato que conlleva la divisa digital y esto, señalan, trae añadida la posibilidad de que se produzcan pérdidas muy elevadas y los posibles riesgos sumados ante la falta de regulación sobre las mismas. El decreto incluye además la prohibición a las empresas de realizar pagos y transferencias electrónicas de fondos a través de las plataformas de compra venta de criptomonedas.

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