La Administración Bush articuló un plan de rescate para la economía estadounidense con el objetivo de hacer frente a la crisis económica más grave a la que se ha enfrentado el país desde la Gran Depresión de los años 30.El Tesoro norteamericano, en colaboración con la Reserva Federal pretendía inyectar hasta 700.000 millones de dólares para la compra a los bancos de activos contaminados por las hipotecas basura, y poder mantenerlos fuera de sus cuentas hasta que la economía se recupere. El presidente de EEUU, George W. Bush, dijo antes de iniciarse la sesión de la Cámara de Representantes que el plan de rescate serviría para afrontar las causas del problema financiero y ayudaría a que no se extienda al resto de la economía."Tengo confianza en que este plan de rescate, junto con otras medidas tomadas por el Departamento del Tesoro y la Fed, comenzarán a restablecer la fortaleza y estabilidad del sistema financiero estadounidense y la economía en general", apuntó Bush horas antes de la votación.