En un discurso pronunciado en Londres y distribuido en Bruselas, el comisario irlandés reconoció, en cualquier caso, que no hay regulación que pueda proteger completamente a una compañía de un empleado con malas intenciones.McCreevy ya había mostrado anteriormente su sorpresa por que una institución financiera de primer nivel como Société Générale fuera objeto de un fraude de las dimensiones del atribuido al operador, Jérome Kerviel, supuesto responsable de unas pérdidas de 4.900 millones de euros.En su opinión,
resulta "inexcusable" la falta de control en la entidad y especialmente que no hiciera caso a las advertencias que le iban llegando sobre las irregularidades en sus maniobras de inversión.En su intervención en Londres, el comisario también se refirió a la crisis financiera en general y a la volatilidad de los mercados bursátiles.Consideró "pasmoso" que más de seis meses después del inicio de las turbulencias todavía no se conozca con precisión el alcance de las mismas y recalcó que esta opacidad dificulta considerablemente a las autoridades afrontar la crisis.Apostó, en ese contexto, por reforzar la transparencia en el sistema financiero, pero también por mejorar los mecanismos de evaluación de los instrumentos de inversión más complejos y por reforzar las reglas prudenciales y la gestión de riesgos.Aludió, en concreto, al papel de las agencias de calificación de riesgos, cuya tardanza en alertar sobre las dificultades con las hipotecas "subprime" en Estados Unidos ya fue puesta de manifiesto el verano pasado.Recordó que sus calificaciones se elaboran a partir de los datos facilitados por las propias entidades que son objeto de análisis y que no tienen ninguna responsabilidad ante los usuarios de sus "ratings".Pero cuestionó si debían haber dejado más claras sus limitaciones y, sobre todo, por qué tardaron tanto en rebajar las calificaciones de diversas entidades y activos que acabaron cayendo en picado.McCreevy, cuyo departamento inició en verano una revisión del papel de estas entidades, dejó hoy claro que las agencias de "rating" no resurgirán de esta crisis sin ningún cambio y les advirtió de que, si no proponen mejoras en su código de actuación, "tendremos que hacerlo nosotros".