La gran mayoría de los economistas barajan sobre todo septiembre, más que octubre, dos meses que mencionó Trichet recientemente. El BCE se dice preocupado por el riesgo de que aumente la inflación tras la recuperación económica en la Eurozona, y el aumento de las tasas iniciado en diciembre 2005 debería controlarlo. El incremento de los precios del petróleo también le da dolor de cabeza.Hasta ahora, Trichet ha preparado los mercados financieros a los aumentos de tasas inminentes empleando las palabras 'gran vigilancia' para el riesgo de inflación.Esta vez debería ocurrir lo mismo. 'Creemos que el BCE indicará un gesto en septiembre subrayando su 'vigilancia' a principios de agosto', estima Michael Schubert, analista de Commerzbank.En un momento de gran nerviosismo de los mercados financieros, que temen que se contagie la crisis inmobiliaria estadounidense al conjunto de la economía, hay necesidad de escuchar un mensaje claro, lo que a fin de cuentas tendría consecuencias negativas en todo el mundo, subraya Adolf Rosenstock, economista de Gebser&Partner.Si el BCE se muestra impreciso, dará la impresión de que hay divisiones en el consejo de gobernadores o de que empieza a ponerse nervioso por los movimientos en los mercados, y estos últimos 'no necesitan más incertidumbre', según el experto.El instituto subió los tipos en ocho ocasiones desde diciembre de 2005. La principal de los tipos era, en ese momento, del 2%.Para la mayoría de los economistas del grupo AFP/Financial Thomson News, el aumento en septiembre --cuando la BCE anuncie también sus nuevas previsiones de crecimiento e inflación-- será la última del año, y probablemente el pico del ciclo.La fuerza del euro, aunque vuelve a cotizar bajo los 1,37 dólares, y su eventual impacto en los exportadores europeos, debe llevar al BCE a la prudencia, según los expertos.Francia acusa al BCE de practicar una política del euro fuerte que perjudica a su industria, al igual que el ministro alemán de Economía, Michael Glos, que recientemente reconoció que la cotización del euro frente al dólar podría ser un problema para la economía de la zona si continúa en ese nivel.