Activo refugio por excelencia y seguro en tiempos de crisis. El oro ha funcionado durante el último año y medio como unas de las pocas inversiones que ha retornado plusvalías a unos inversores que preferían mirar desde fuera a los mercados. La cifra lo deja claro: desde enero del pasado año se revaloriza un 47%. ¿Su último precio? Los 1.276 dólares por onza. Una cifra que duplica el 26% de revalorización que acumula el Ibex35 desde esa fecha o el 20% del S&P500. Lo que en principio fue el incremento de la demanda en países como china más tarde se convirtió en refugio y por último “en los efectos producidos por las medidas económicas tomadas por los gobiernos para salir de un posible escenario deflacionario”, reconoce CMC Markets.
Las inyecciones de liquidez por parte de los principales bancos centrales, la debilidad del dólar o los bajos tipos de interés en Estados Unidos “establecen un ambiente favorable para inversiones como el oro y otros activos financieros”. Desde CMC Markets auguran la continuación del rally del metal a corto plazo. Pero ¿y a largo? Muchos son los medios que durante la semana se han hecho eco de las palabras de George Soros advirtiendo de que “el oro es la burbuja definitiva porque seguirá subiendo pero no es seguro en absoluto, no va a durar para siempre”.
Aunque siempre ha sido considerado un refugio a la inflación, hay que tener en cuenta que “está en máximos, por encima de los 1.200 dólares por onza. por lo que el planteamiento para los próximos meses es andar con prudencia”, afirma Sara Pérez Frutos, directora general de Dracon Parnters EAFI. Precisamente es la recomendación de Eduardo Bolinches, socio director de Bolsacash pues aunque será uno de los activos que mejor cierre el año “la recomendación sería acumular oro cada vez que haya recortes”.

