Después de perder esa votación del plan en su totalidad, la estrategia del Gobierno fue presentarlo al Congreso "por trocitos".

Pero el primer "trocito" volvió a toparse ayer con el rechazo de los republicanos, en tanto los demócratas, aunque tienen mayoría en el Senado, no lograron los 60 votos necesarios y el plan de Obama sufrió su segunda derrota en nueve días.

Y eso que el presidente culminó el miércoles una gira de tres días en autobús por Carolina del Norte y Virginia para "vender" su plan de empleo, similar a la que hizo por otros estados en septiembre.

Obama pidió nuevamente durante su gira el apoyo bipartidista en el Congreso para su plan económico, que prevé inversiones en infraestructura y formación, además de una serie de incentivos fiscales para estimular las contrataciones.

La medida también prevé eliminar las desgravaciones a los más ricos que introdujo su predecesor, George W. Bush, y sustituirlas por un aumento del 5,6 % en los impuestos de aquellos que ganen más de un millón de dólares al año, algo a lo que se oponen frontalmente los republicanos.

Para Obama, quien buscará la reelección en 2012, es esencial lograr que salga adelante ese plan, en el que ha invertido buena parte de su capital político y de cuyo éxito puede depender su futuro electoral.

Su proyecto es partir la ley original en sus diversos componentes e ir consiguiendo su aprobación uno por uno en el Congreso.