En este encuentro, los periodistas también le preguntarán al presidente del organismo monetario sobre los datos de inflación de la eurozona que se conocieron este martes. Según las primeras estimaciones de la Oficina Europea de Estadísticas, Eurostat, el Índice de Precios al Consumo (IPC) del mes de mayo se situaría en el 1,2% interanual, cinco décimas por debajo del dato final registrado en el mes de abril (1,7%).

Entre las razones que explican esta reducción del IPC se encuentra el descenso de los precios del petróleo un 15% en el mes de mayo. Sin embargo, el IPC subyacente, en el que se excluyen los elementos más volátiles como los combustibles o los alimentos frescos, se contrajo también en medio punto porcentual, hasta el 0,8% interanual, en contraste también con el retroceso hasta el 1,0% previsto por el mercado.

Draghi (BCE) debe aclarar su nuevo programa de liquidez y la orientación monetaria hasta 2020

“Este dato es todavía más preocupante para el Banco Central Europeo (BCE) ya que pone de manifiesto que, si bien los combustibles son una partida importante de la evolución del gasto de los hogares, el precio medio de la cesta de la compra cae con fuerza también excluyendo esta partida de su cálculo, lo que delata el momento de debilidad que atraviesa la economía comunitaria”, apuntan los analistas de IG.

Las últimas proyecciones conocidas en marzo prevén que la inflación avance a un ritmo interanual del 1,2% en 2019 (frente al 1,6% que esperaba en diciembre pasado), al 1,5% en 2020 (vs. 1,7% anterior) y al 1,6% en 2021 (vs. 1,8% anterior).

Draghi entre el apoyo a la banca y a la economía real

Europa vive un momento condicionado por la guerra comercial entre EEUU y China. La eurozona puede olvidarse de la demanda mundial si las dos economías más grandes entran en un camino de no retorno, ya que hasta ahora esta demanda mundial está prestando ayuda al maltrecho sector industrial europeo.

“Las encuestas y los indicadores de mercado muestran un empeoramiento de la confianza, mientras que los datos del PIB y el consumo de los hogares sugieren resiliencia. Es probable que, después de su primera revisión en marzo, el BCE continúe revisando a la baja sus perspectivas de crecimiento y de inflación”, explica Franck Dixmier, director de renta fija global de Allianz Global Investors.

El producto interior bruto (PIB) creció en tasa interanual un 1,2% en la zona euro y un 1,5% en el conjunto de la Unión Europea (UE) en el primer trimestre del año, según los datos de Eurostat, la oficina de estadística comunitaria.

El mercado espera, ante este escenario, que el BCE aclare este jueves los términos y condiciones para el ya anunciado TLTRO III. Los analistas esperan que estas subastas se ofrezcan con condiciones ventajosas para la banca europea, para que las entidades acudan en masa y la liquidez llegue a las familias y a las empresas en forma de créditos a tipos muy competitivos.

“El BCE podría ofrecer hasta un 0,25% de remuneración para que los bancos soliciten grandes cantidades de liquidez que llegue a la economía real. Al igual que en las anteriores ocasiones, el BCE pagará a las entidades de crédito para que pidan dinero prestado y estas a su vez otorguen crédito”, apunta Juan Ramón Casanovas, director de gestión de la cartera privada de Bank Degroof Petercam.

Al tiempo que el BCE ayuda a la economía real, los inversores también ansían algún tipo de cambio en el porcentaje de remuneración de la facilidad de depósito. En la actualidad este porcentaje se encuentra en el -0,40%, es decir el BCE cobra a los bancos un 0,40% por el dinero que estas entidades dejan aparcado en el organismo. Este tipo negativo se utiliza para que los bancos eviten esta práctica y que el dinero fluya y llegue a la economía real. “Ya en la última reunión se esperaba alguna alusión a este tema y la ausencia de la misma ha provocado una fuerte corrección en las cotizaciones de los bancos, muy sensibles a esta tasa”, valora Casanovas.

Bruselas contra los populistas

Todo estos frentes se producen al tiempo que la Comisión Europea activó este miércoles el procedimiento para sancionar a Italia por no haber adoptado medidas suficientes para reducir su deuda pública, que supera el 130% del PIB y seguirá creciendo en los próximos años, en un paso que abre la puerta a una multa de unos 3.500 millones de euros en última instancia, el equivalente al 0,2% del PIB italiano.

La decisión de Bruselas de que se inicie el procedimiento de déficit excesivo a Italia se justifica en que el Pacto de Estabilidad y Crecimiento fija que los estados miembros de la Unión Europea (UE) no deben sobrepasar un déficit público que supere el 3% ni una deuda pública que sobrepase el 60% del PIB y esta no se reduce "a un ritmo satisfactorio".

El riesgo político del que siempre alerta Draghi en cada rueda de prensa se hace más patente con esta decisión del Ejecutivo comunitario. El Brexit, la guerra comercial e Italia conducen al BCE a restablecer la confianza y apuntalar la economía, aunque sin poder elevar los tipos de interés por la debilidad económica. El mercado espera que el banco central comunique su hoja de ruta monetaria, al menos, hasta el primer trimestre de 2020. Algunas voces ya hablan de que el año que viene el coste del dinero seguirá siendo del 0%.