Según la agencia de rating europea Scope, es poco probable que la estrategia presentada cambie materialmente el perfil de riesgo de Banco Santander, a pesar de la reasignación de capital hacia los mercados emergentes desde las economías desarrolladas, como resultado de un crecimiento más rápido del crédito y del RWA (activos ponderados por riesgo) en los mercados emergentes. Valoramos positivamente el modelo de negocio bien ejecutado de Santander en Latinoamérica, un factor clave para su rating. Si bien los beneficios de esta región pueden ser volátiles, han demostrado ser cruciales a la hora de diferenciar a Santander de otros bancos españoles y europeos de orientación nacional en la última década.

Cuatro factores por los que Scope ha mantenido el rating de Banco Santander estable

En el día del inversor, Santander también destacó el enfoque del grupo en la innovación digital. El banco presupuesta 5.000 millones de euros anuales en gastos en digitalización (TI) para los próximos 4 años, el 40% de los cuales se destinarán a la innovación. Consideramos que este enfoque de gestión es positivo: mientras que el modelo de negocio de Santander ha resistido bien la crisis del pasado, Scope cree que uno de los principales retos para los bancos europeos en el futuro será proteger su ventaja competitiva frente a los rápidos cambios en el comportamiento de los clientes, en medio de una mayor competencia de los bancos y de nuevos competidores como las empresas de tecnología punta y las grandes tecnológicas".

Con un rango objetivo CET1 fully loaded del 11-12%, es probable que Santander continúe operando en el límite inferior de su grupo de referencia europeo. Dada la sólida trayectoria del Grupo en generación de capital orgánico, la baja volatilidad de los resultados, el predominio de la banca minorista y la relativamente elevada carga de activos de riesgo, consideramos que la capitalización de Santander es adecuada.

El rango de rendimiento del patrimonio tangible (ROTE - Return On Tangible Equity) del 13-15% es relativamente elevado, lo que permite hacer frente a diferentes escenarios de tipos de interés. Santander espera poder aumentar la rentabilidad en Europa en gran medida mediante la reducción de costes y el crecimiento en Estados Unidos y Latinoamérica, donde los tipos de interés son más elevados. Scope considera que una cuota cada vez mayor en estos mercados es positiva.

Además de la calificación del emisor en AA-, se han confirmado las siguientes calificaciones, todas ellas con perspectiva estable:

Deuda senior no garantizada (preferente, no elegible para MREL) AA-

Deuda senior no garantizada (no preferente, elegible para MREL) A+

Deuda de nivel 2 A-

AT1 deuda BBB-/Estable

Deuda a corto plazo S-1+

Entre los factores clave del rating de Santander Scope destaca:

1) un modelo de negocio que ha resistido los desafíos de la crisis: prestación rentable de servicios bancarios minoristas y comerciales (alto margen de provisiones de ingresos para absorber las cargas crediticias) y una fuerte rentabilidad del grupo

2) flujos de ingresos y beneficios diversificados a nivel mundial con sólidas posiciones en varios mercados clave, entre ellos España, Portugal, Argentina, Brasil, Reino Unido, México, Chile y Polonia

3) una mejora continua de las posiciones de capital, liquidez y financiación en los últimos años

4) una unión bancaria europea que probablemente proporcionará un marco regulador y de supervisión más sólido.

Según Scope, la calificación de Santander podría ser rebajada como consecuencia de un entorno operativo menos favorable en el Reino Unido tras el Brexit, la renovada tensión en la banca española y la deuda soberana o el riesgo de eventos específicos del banco, incluido el riesgo de fusiones y adquisiciones. Por el contrario, la evidencia de que las inversiones digitales de Santander pueden impulsar el crecimiento de los negocios materiales, los ingresos y el incremento de cuota de mercado serían positivas para su calificación.

Asimismo, Scope asignó la calificación BBB- a los bonos AT1 del 7,5% de Santander emitidos en febrero de 2019, en línea con los bonos AT1 previamente calificados por Santander. El principal mecanismo de absorción de pérdidas del bono es la conversión en renta variable con un umbral del 5,125%, aplicable tanto a nivel consolidado como a nivel de la matriz.