¿Podría Temer sufrir un impeachment?

“Sí, pero el proceso legal sería largo”, pues, explica el gestor de AXA IM, parece difícil demostrar los hechos y “con simplemente tolerar la corrupción puede no ser suficiente”. Con todo, incluso si se evita este ‘evento’, la presión popular “puede hacer su presidencia insostenible”.

¿Qué pasa con la agenda de reformas?

“El resultado más probable es que las importantes reformas de la seguridad social, necesarias para estabilizar las finanzas públicas, se ‘hundirán’. Ya sea porque Temer está más centrado en hacer frente a las acusaciones de corrupción que en seguir adelante con ellas, o bien porque su posible sustituto podría estar poco dispuesto a impulsar cambios impopulares con las elecciones presidenciales de 2018 cada vez más cerca”.

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¿Qué significa todo esto para la economía, los ratings y el mercado?

“Los inversores han vigilado atentamente el progreso en las reformas fiscales, para tener una mayor seguridad del compromiso de Brasil con la reducción de sus gastos. La deuda pública (71% del PIB) es alta y está aumentando. El ruido político disminuirá la confianza y contribuirá poco a la recuperación económica. Un real más débil podría hacer despuntar la inflación, complicando al mismo tiempo la flexibilización monetaria esperada. El riesgo político, el débil crecimiento y el fracaso en reducir al déficit del Estado podría sí hacer a Fitch y S&P seguir sus perspectivas negativas”.

No se descuenta otra crisis política

Con todo, Brasil cotiza en línea con sus comparables ‘BB’ y su deuda se ha comportado bien en el último año. Ahora bien, este nuevo desarrollo de los acontecimientos políticos no ha sido descontado por estos activos, que se han centrado en las expectativas de reforma y de crecimiento, por lo que la presión sobre los ratings y la falta de claridad puede impulsar la volatilidad.

Impacto en la deuda corporativa

“Con respecto a la deuda corporativa que nos gusta, los diferenciales probablemente se amplían en simpatía con el movimiento de la curva soberana, pero no vemos ningún cambio fundamental en las empresas a las que estamos expuestos. La mayoría son firmas orientadas a la exportación y creemos que, de hecho, se beneficiarán del debilitamiento de la moneda brasileña (…) No vemos necesidad de alterar nuestra exposición al país, aunque vigilamos el desarrollo de los acontecimientos, aunque actualmente nos sentimos cómodos con el riesgo asumido”.

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