Cuando el grupo bancario británico Barclays anunció un descenso del 35% de su beneficio neto en el primer semestre el pasado jueves, los resultados incluían cargas por deterioro de valor de 103 millones de libras (197,7 millones de dólares) en sus negocios minorista y comercial de Europa occidental, para ayudar a cubrir las pérdidas vinculadas a los mercados inmobiliario y de construcción en España. La firma Keefe, Bruyette & Woods Ltd ha mostrado preocupación por los bancos comerciales Banco Popular y Banco de Sabadell, en parte porque casi una quinta parte de sus carteras de créditos son préstamos de construcción e inmobiliarios. La preocupación por la salud de los bancos españoles también podría incrementar el temor de los bancos europeos a prestarse unos a otros, lo que exacerbaría las tensiones que han afligido al sistema bancario durante meses. La vicepresidenta senior de Moody´s, Maria Cabanyes, que sigue a los bancos españoles cree que "la posibilidad de un 'difícil aterrizaje' ha aumentado y, en algunos casos, el cojín [financiero de los bancos españoles] podría no bastar".En comparación con la industria bancaria estadounidense, donde las rebajas de valor y el temor por los créditos han tenido como resultado recortes de dividendos e inyecciones de capital, las entidades españolas han mantenido el tipo bastante bien. Muchos analistas lo atribuyen a un sistema regulatorio que obligó a los bancos a disponer de más reservas en épocas de vacas gordas. Los reguladores desincentivaron la creación de vehículos no incluidos en los balances que muchos bancos europeos y estadounidenses utilizaban para invertir en titulizaciones hipotecarias estadounidenses arriesgadas. Pero tras años de exceso de construcción y subidas de los precios y el colapso de la industria inmobiliaria española el pasado año ha desacelerado acusadamente la economía del país. El Producto Interior Bruto creció un 1,8% interanual en el segundo trimestre, frente al 2,7% en el primero, según estimaciones del Banco de España. Los créditos morosos, aquellos cuyos pagos llevan tres meses de retraso, alcanzaron los 27.800 millones de dólares (US$41.700 millones) en mayo, un 1,5% del total de préstamos y más del doble que un año antes. La bancarrota el pasado mes de la mayor inmobiliaria española, Martinsa-Fadesa SA, fue una señal ominosa. De golpe, la deuda de EUR5.200 millones de Martinsa-Fadesa podría aumentar un 20% la deuda impagada del sistema español. Si hubiera más quiebras de inmobiliarias, los bancos se verían muy dañados. Deseosos de participar en el boom inmobiliario de los últimos años, los bancos españoles concentraron gran parte de sus negocios en las hipotecas y los créditos a las promotoras. Los datos del Banco de España muestran que los créditos a constructoras e inmobiliarias suponen el 17% del total de créditos. Los dos mayores bancos españoles, Banco Santander SA y Banco Bilbao Vizcaya Argentaria SA, están en una posición relativamente buena para capear el temporal, según los analistas, gracias a sus elevados beneficios en Latinoamérica y otras áreas de su negocio mundial. El pasado mes, Santander acordó pagar 1.260 millones de libras por la entidad hipotecaria británica Alliance & Leicester PLC. Sobre un "escenario de pesadilla" que asume pérdidas del 50% para los créditos a promotoras inmobiliarias, la correduría Dresdner Kleinwort calculó que el único de los cuatro grandes bancos españoles cotizados que podría quedarse sin sus provisiones para créditos morosos y probablemente ampliar capital sería Banco de Sabadell. Banco de Sabadell mejoró recientemente su posición financiera vendiendo la mitad de su negocio de seguros a Zurich Financial Services por unos EUR900 millones, indicó un portavoz. Roberto Higuera, vicepresidente y director financiero de Banco Popular, admitió que el sistema bancario español se enfrenta a retos, pero cree que su banco está bien preparado, con un ratio préstamos/valor inferior al 60% y EUR1.500 millones en reservas. Los analistas creen que las cajas de ahorros son el vínculo más débil, ya que tienden a ser menos efectivas que los bancos y a tener más exposición al mercado inmobiliario. También tendrían más dificultades para ampliar capital si lo necesitaran, ya que sus títulos no cotizan en bolsa. Miguel Ángel Moral Graci, viceconsejero delegado de la caja de ahorros Caixa d'Estalvis de Tarragona, señala que la entidad está en buena forma para soportar una desaceleración gracias a sus reservas y a la calidad de sus préstamos. Caixa d'Estalvis de Terrassa, rebajada también la semana pasada por Moody's, asegura tener una fuerte posición de capital y dice que su ratio de préstamos impagados es relativamente bajo. Muchos analistas creen que el sector bancario español logrará capear la crisis. "Los bancos españoles se enfrentan al entorno actual desde una posición de fortaleza", señaló en un reciente informe la agencia de calificación Standard & Poor's.