Dos autócratas, de Túnez y Egipto, han sido derrocados en la región Medio Oriente y Norte de Africa MENA y más pueden seguir. Los manifestantes libios parecen tener mucho impulso y los eventos se desarrollan rápidamente. El Coronel Gaddafi, gobernante más antiguo de la región, parece decidido a utilizar fuerza extrema para aferrarse al poder, pero hay señales de que su base de poder se diluye.

La cuestión es si estos países serán amistosos para la inversión como Turquía o Indonesia o teocracias caóticas como Pakistán o Irán.  El mayor efecto mundial es en precios de petróleo y gas, pero hasta ahora ha habido poca interrupción de suministro y el canal de Suez -dos por ciento del petróleo mundial- ha permanecido abierto. Además Arabia Saudita tiene un gran exceso de capacidad, por lo que cualquiera movimiento en el precio del petróleo ha sido hasta ahora especulativo.
 
El derramamiento de sangre es terrible, pero la preocupación es menor debido a que, aparte de Egipto, las zonas afectadas hasta ahora son marginales para la inversión.  Por supuesto el sentimiento está afectando a toda la región y los inversores permanecen al margen, pero si se generan democracias en los meses y años por venir las oportunidades serán mucho más interesantes que en la actualidad. 
 
Mientras los acontecimientos en Bahrein son fundamentales, ya que, si bien es poco probable, es una posible vía de contagio en Arabia Saudita, uno de los productores de petróleo más grandes del mundo.  Si las cosas se ponen mucho peor el clima de inversión de la región y a nivel mundial pueden deteriorarse.  La mayoría Shia, gobernada por una minoría sunita, está a solo una carretera de tres millones de chiítas del Este de Arabia Saudita, región petrolera y petroquímica principal.  De hecho el ejército de Arabia Saudita ha cerrado esta carretera desde que los problemas estallaron en Bahrein y hasta ahora no ha habido disturbios.  Por otra parte no es la primera vez que hay disidencia en Bahrein y aunque las protestas pueden desvanecerse, si la familia gobernante no hace concesiones, es cuestión de tiempo el que vuelvan los problemas. 
 
La mayoría chiíta, oprimida, debe poder tener representantes elegidos en la monarquía. Un primer paso puede ser la destitución del ministro Khalifa Salman al-Khalifa, tío del rey, que está en el cargo desde que el país obtuvo la independencia en 1971.

Entre las inversiones globales emergentes de Pictet Asset Management no había exposición a Egipto antes de la crisis. Se han liquidado posiciones en Commercial Bank of Qatar.  En deuda emergente en moneda local la posición es neutral respecto al índice de referencia (0,2 por ciento en Egipto).  En carteras de deuda emergente en moneda fuerte se infra-pondera Oriente Medio, con peso de 4,3 por ciento en comparación con 6,2 por ciento del índice de referencia.  Se mantiene la inversión en Iraq, Egipto, Líbano y Jordania.
 
Por su parte el fondo Pictet MENA infra ponderaba Egipto en Diciembre y vendió participaciones en Túnez poco antes del año nuevo.  Ha vendido sus posiciones en Marruecos, Túnez, Bahrein y Jordania. Sigue infra-ponderando Egipto y no tiene inversión en Argelia, Libia, Yemen, Siria, Irán o Irak.  Se concentra en Qatar, Kuwait, Arabia Saudita, Emiratos Árabes Unidos, Líbano y Omán y el nivel de efectivo es diez por ciento, superior al normal, a la espera de inversiones oportunistas.  A medio plazo el crecimiento del PIB en la región llegará a ser mayor que en otras regiones emergentes, en entorno a seis por ciento anual, como antes de la crisis.