La situación no sólo no ha mejorado desde entonces sino que todos los indicadores apuntan a un deterioro prolongado. "Es necesario un recorte de tipos más agresivo. La economía en la eurozona sufrirá en 2009 la mayor caída del último lustro", declaró el analista jefe de Barclays Capital y miembro del consejo de observadores del BCE, Julian Callow.

Callow abogó por un recorte de los tipos de al menos un punto porcentual, extremo en el que también coincide su colega y economista jefe para Europa de Goldman Sachs, Erik Nielsen. "La coyuntura empeora y la inflación decrece. No puedo imaginar qué daños causaría en estas circunstancias a la economía una rebaja de un punto", destacó Nielsen e insistió en que "no hay ninguna razón para no apoyar la economía".

Además de Nielsen y Callow otros seis miembros del consejo asesor del BCE se mostraron favorables a un recorte de tipos mañana de un punto, entre ellos Marco Annunziata, de Unicredit; Angel Ubide, del grupo de "hedge funds" Tudor, y Charles Wyplosz, del Graduate Institute de Ginebra.

De los siete restantes, sólo uno, Daniel Grosss, de CEPS, apostó por una reducción de 75 puntos básicos y seis por un recorte de 50 puntos básicos, entre ellos José Azola, de Obsevatory Group; Elga Bartsch, de Morgan Stanley, y Thomas Mayer, de Deutsche Bank. Aunque discrepantes en la receta, todos coinciden en que la situación es compleja y las perspectivas económicas son duras.

El último dato coyuntural de la eurozona, difundido hoy por la oficina estadística comunitaria no contribuyó al optimismo pues según Eurosat, la producción industrial cayó el 1,6% tanto en la zona del euro como en la Unión Europea (UE) en noviembre de 2008 respecto a diciembre. En comparación con el mismo mes de 2007, la producción industrial bajó un 7,7% en la zona euro y en la UE.

Por sectores, la producción de bienes de consumo no duradero aumentó un 0,1% en noviembre con respecto al mes anterior en la zona del euro, pero cayó el 0,2% en los Veintisiete, mientras que la del sector energético descendió el 1,5% y el 1%, respectivamente.

Paralelamente, los pronósticos sobre el Producto Interior Bruto (PIB) en la eurozona siguen revisándose a la baja y han pasado del menos 0,7 por ciento en 2009 al menos 1,8 por ciento.

También las perspectivas inflacionistas se han reducido de forma notoria, desde el 1,6 por ciento en diciembre al 1 por ciento.

El BCE ha defendido reiteradamente que su objetivo es situar la inflación por debajo pero cerca del 2 por ciento, de ahí que muchos expertos exhorten ahora al banco emisor europeo a dejar claro que su objetivo de la inflación es simétrico y que reducirá los tipos por lo menos hasta que las expectativas económicas se estabilicen.

"El BCE actúa siempre como si la inflación fuera el gran problema, cuando el problema ahora es la deflación", criticó Ubide desde la páginas del diario económico alemán "Handeslblatt".

Aventuró que el crecimiento económico medio de los próximos dos años será negativo, lo que hace obligatorio ajustar los tipos de interés.

Para el año 2010, el consejo de observadores del BCE prevé que los tipos rectores se situarán en el 1,25 por ciento, con una inflación del 1,8 por ciento y un crecimiento del 1 por ciento.

Los mercados financieros confían en que el BCE no esperará tanto para abaratar más el precio del dinero y que ante la necesidad también de incentivar el mercado interbancario, mantendrá la laxitud moderada que introdujo en su política monetaria manifestada desde el comienzo de la crisis.