También se mostró de acuerdo con el cambio con otras divisas internacionales, como el yuan chino y el yen japonés, e insistió en que el problema en este ámbito sigue siendo la elevada volatilidad que, además, ha aumentado con la crisis.

"Tenemos que encontrar el modo de que los movimientos de las divisas sean más ordenados", señaló Almunia, quien reconoció que el G7 -que reúne a las siete economías más industrializadas del mundo- no ha demostrado ser muy eficaz para lograr ese objetivo.

En su intervención, el comisario admitió que en las últimas semanas han aumentado los riesgos de que la economía europea tarde más en volver a la senda de crecimiento.

El pasado 19 de enero, la Comisión Europea vaticinó que la economía europea tocaría fondo en el primer semestre de 2009, pero confiaba en que las medidas de reactivación puestas en marcha empezarían a tener efecto en la segunda mitad del año, lo que conduciría a una gradual recuperación en 2010.

"Pero ahora creo que los riesgos a la baja son más elevados que entonces", advirtió Almunia.

Rechazó, sin embargo, la adopción de nuevas medidas de impulso hasta ver el efecto de las que ya se han aprobado -por un importe total, según los cálculos de Bruselas, equivalente al 1,1% del PIB, a lo que hay que sumar un 1,7% más del efecto de los estabilizadores automáticos y un 0,5% de otras medidas que no afectan al presupuesto-.

Confió en que esta inyección dé resultados en los próximos meses, pero alertó de que, si no tiene el efecto esperado, puede ser necesario poner en marcha nuevas medidas.

En este contexto, el comisario recordó a los Estados miembros la importancia de contar con una estrategia para volver al rigor presupuestario una vez superada la crisis.

A su juicio, es fundamental que la UE muestre su compromiso con la estabilidad presupuestaria para no deteriorar aún más la confianza.

Por último, Almunia mostró tranquilidad en relación con la evolución de la inflación y dejó claro que, aunque a corto plazo las expectativas son muy bajas, no hay riesgo de deflación para la zona del euro.

A medio y largo plazo, subrayó que la inflación está "firmemente anclada" en torno al objetivo marcado por el Banco Central Europeo (2%).