Ahorradores conservadores, ¿ante su gran oportunidad por el alza de tipos?

El mercado español dijo adiós a los retornos negativos en la subasta del pasado 16 de agosto. Este mismo martes el Tesoro Público colocó 1.938,35 millones de euros en una subasta de letras a 3 y 9 meses, en el rango medio previsto, y lo hizo remunerando con intereses mucho más elevados a los inversores y volviendo a tasas de 2013 tras el alza de tipos del Banco Central Europeo (BCE), según los datos publicados por el Banco de España. España, de hecho, ya paga los mismos intereses con estas emisiones que el último año de la Gran Recesión.

En concreto, el organismo dependiente del Ministerio de Asuntos Económicos y Transformación Digital colocó 376 millones de euros en letras a tres meses, frente a una demanda de 2.355 millones, y el tipo de interés marginal llegó en el 0,735%, muy por encima del 0,145% de la subasta anterior de agosto y alcanzó su nivel más elevado desde junio de 2013.

En las letras a 9 meses, el Tesoro colocó 1.562,35 millones, por debajo de los 2.212,35 millones solicitados por los inversores, con una rentabilidad marginal del 1,350%, más del doble que el 0,618% previo, y situándose en su nivel más alto también desde junio de 2013. En las letras a 6 meses se colocaron 784,5 millones de euros, por debajo de los 2.159,5 millones solicitados por los inversores a un tipo nominal de 0,88% muy lejos del 0,465% de la anterior subasta.

La de este martes ha sido la primera subasta celebrada por el Tesoro español tras conocerse la decisión del BCE de elevar los tipos de interés en 75 puntos básicos hasta el 1,25% la semana pasada. En las últimas subastas, el organismo que dirige Carlos Cuerpo ha tenido que remunerar más a los inversores por los títulos de deuda, coincidiendo con los aumentos del precio del dinero. 

En agosto, según los últimos datos publicados por el Tesoro, el tipo medio de la deuda en circulación llegó al 1,63% frente al 1,54% de marzo, que fue el mínimo histórico. Se acorta, además, la duración de la deuda emitida, ya que en agosto se redujo hasta los 7,92 años desde el máximo de 8,15 años de abril.

Hay que remontarse hasta 2014 para ver todos los instrumentos de renta fija soberana de España en positivo. De hecho, desde 2011 hasta marzo de este año, cuando el tipo de interés promedio marcó el nivel más bajo de su historia en el 1,54%, el Estado español ha pagado cada vez menos por financiarse gracias a las compras masivas de deuda por parte del BCE.

La rentabilidad es aún muy exigua en un momento de inflación en el 10,5%. Los ahorradores, por tanto, que inviertan en este tipo de activos siguen perdiendo dinero por el encarecimiento general de bienes y servicios, aunque empieza a ser un paso más hacia la normalización monetaria. El bono español a diez años ofrece ahora mismo una rentabilidad del 2,83% por debajo del 3,42% del estadounidense o del 3,15% del británico. 

Bancos y fondos ya compran más deuda que el BCE

Pese al bajo retorno, los bancos españoles están comprando ahora más deuda del Estado que el propio BCE, algo que no sucedía desde 2014. Según las cifras a cierre de junio del Tesoro, la banca nacional incrementó sus inversiones en instrumentos de renta fija soberana  en 4.242 millones respecto a mayo, lo que supone un aumento del 2,75% hasta los 158.058 millones de euros mientras el BCE tan sólo aumentó sus compras en 3.113 millones, un 0,75% respecto a un montante que alcanza los 407.267 millones de euros.

La deuda total emitida por el Estado llega a los 1,19 billones de euros, de los cuales el 41,59% están en manos de inversores extranjeros que han ido reduciendo la tenencia de bonos desde el pico que alcanzaron en 2019 cuando llegaron a tener el 48,79% del total emitido.

El 33,97% de lo que debe España está en manos del BCE, mientras que los bancos españoles acaparan el 13,18%. La banca nacional ha incrementado a lo largo de 2022 su peso en la deuda española, ya que arrancó el ejercicio con el 12,23%. Las aseguradoras son el cuarto tenedor en porcentaje con el 7,13%. Asimismo, la deuda española gana atractivo para los fondos de inversión que arrancaron el año con el 1,36% y terminaron en junio con el 1,54%.

“La capacidad de predicción que tenemos muchas veces de los mercados a corto plazo es baja, por lo que tener una aproximación en la cartera, con diversificación, de productos y fondos que sean defensivos siempre es importante independientemente de que el ciclo sea más positivo o más negativo”, valora Rubén García Páez, director general para Iberia y América Latina de Columbia Threadneedle.

Las letras y obligaciones del Tesoro han formado parte de la cartera de los inversores españoles de forma estructural durante muchos años por la elevada seguridad que ofrecen al ser instrumentos de renta fija emitidos por el Estado, por la interesante rentabilidad que ofrecían en el pasado cuando los tipos de interés se movían en cifras más normalizadas y porque, además, son accesibles para todo tipo de ahorradores al poder comprarse desde 1.000 euros.

Pocos instrumentos de renta fija soberana logran con su retorno superar la inflación actual en España y los que lo hacen tienen un elevado riesgo de impago. Algunos ejemplos podrían ser el bono turco a diez años que ofrece una rentabilidad a diez años del 11,18%, el brasileño con un 11,746%, el colombiano con un 12,43% o el nigeriano con un 12,8%.