El miércoles de esta misma semana, mientras Europa desayunaba para afrontar una nueva jornada bursátil, la americana Moody´s volvía a golpear el corazón de la enferma economía del cada vez más viejo continente. Sin vaselina, como se dice vulgarmente,  la agencia de calificación clavaba un nuevo cuchillo en el sur de Europa al rebajar cuatro escalones la calificación de deuda de la economía lusa.
 
Según señala Ignacio Albizuri, director de DeltaStock, esta rebaja de calificación de su deuda hasta bono basura “ha sido cruel”; y es que las agencias no atienden a razones. Las mismas agencias que no fueron capaces de leer la situación de Lehman Brothers, las mismas que no quisieron ver el problema en Enron, las mismas que otorgan una triple A a una economía “que podría entrar en default” como es la americana… se ceban sin remedio con las maltrechas economías europeas.
 
Hay opiniones de todo tipo, pero lo cierto es que por negligencia o por interés, este tipo de entidades se están ganando el descrédito en buena parte de los círculos económicos y políticos. Si es negligencia, sobran las razones (Lehman, Enron…). Y si es interés, no es  descabellado pensar que el dinero que vuela de economías con baja calificación crediticia lo haga en dirección oeste y mientras cruza el charco, se pregunte si es una maniobra bien orquestada.
 
Una maniobra que de momento funciona si nos detenemos a observar los niveles a los que se mueven los principales índices americanos y los relacionamos con los indicadores macroeconómicos que evidencian una preocupante ralentización de la primera economía del mundo. Por no hablar por supuesto de los niveles de deuda del gigante americano, inmerso en un debate para elevar el monto legal al que puede ascender dicha cifra.
 
La rebaja de calificación a Portugal “no es creíble” señala Sara Pérez Frutos, directora de Dracon Partners EAFI. Y es que no debemos olvidar que el gobierno luso es prácticamente neonato y según recuerda la experta, está haciendo los deberes.
 
En una situación de mercado tan sensible como la que vivimos ahora, cualquier noticia hace saltar chispas. “En una situación de mercado fuerte”, señala José Luis Cava analista independiente, “cualquier noticia puede ser tomada de manera positiva; sin embargo en una situación de debilidad de mercado, cualquier noticia se interpreta de manera muy negativa”.
 
Muchas son las incógnitas que quedan por responder sobre el funcionamiento de este tipo de entidades. La poca transparencia, la sensación de que el toro siempre va un paso por delante o incluso la sospecha de un funcionamiento más por interés que por el correcto funcionamiento de la economía ha dejado de nuevo en entredicho el papel de las agencias de calificación.