Los Reyes Magos han premiado el esfuerzo que han realizado Abertis y OHL durante todo el año 2008 y les ha concedido doblar los peajes de sus autopistas en Argentina. Será a partir del próximo viernes, 10 de enero, cuando las compañías españolas puedan empezar a incrementar sus ingresos, gracias al acuerdo alcanzado con el Ejecutivo de Cristina Kirchner, que pone fin a una década de congelación tarifaria. Aunque la medida se ciñe a los vehículos turismo, supone una importante inyección de dinero en las concesiones de estas compañías españolas. En el caso de Abertis, la mejora será de entre el 100 y el 105 por ciento en horas pico (de siete a diez de la mañana y de cinco a ocho de la tarde) y de entre el 53 y el 55 por ciento en horas valle. OHL, por su parte, podrá elevar un 112,5 por ciento sus peajes en hora punta, mientras que la subida en el resto del día será del 62,5 por ciento. Estas nuevas tarifas entrarán en vigor el próximo viernes 10 de enero.

La compañía dirigida por Salvador Alemany controla la mayoría del Grupo Concesionario del Oeste, que explota 56 kilómetros de autopista entre Buenos Aires y Luján. Además, posee el 31,6 por ciento de Ausol, titular del acceso norte a la capital argentina. Por su parte, la empresa controlada por Juan Miguel Villar Mir gestiona la autopista Ricchieri-Ezeiza-Cañuelas.

A cambio de estos incrementos de tarifa, los dos grupos se han comprometido con el Gobierno de Kirchner a realizar una serie de mejoras en sus infraestructuras que suman 400 millones de pesos (83 millones de euros). Estas inversiones se enmarcan dentro del plan quincenal anunciado por el Ejecutivo y que prevé destinar 111.000 millones de pesos (23.000 millones de euros) a mejorar las infraestructuras del país.

En el caso de OHL, la compañía destinará 60 millones de pesos a labores de mejora, mientras que Abertis deberá invertir 340 millones de pesos. Para la concesionaria catalana, las autopistas argentinas representan un uno por ciento de sus ingresos.

Con este acuerdo, el Ejecutivo latinoamericano pone fin a una década de congelación tarifaria, rota únicamente por pequeñas excepciones, como la disfrutada por Abertis en 2006, cuando consiguió poder subir sus peajes, inamovibles desde hacía cuatro año, un 15,1 por ciento.