Las fuentes subrayaron que dicho acuerdo no fue suscrito por Gecina, sino que lo sellaron en 2007 la familia Sanahuja por una parte y Joaquín Rivero y Bautista Soler por otra, y por ello a quienes comprometía era a ellos.

Además, el propio Rivero, que es presidente de Gecina, cree que el acuerdo lo había establecido con los Sanahuja, que entonces controlaban Metrovacesa, pero ya no.

"Si Metrovacesa plantea que quiere alguna operación y afecta a Gecina, todo se puede mirar", añadieron las fuentes del grupo francés dando pie a potenciales negociaciones en nuevas condiciones.

Gecina considera que materializar ahora los compromisos de 2007 sería "inaceptable", sobre todo porque con la evolución bursátil desde entonces, las acciones se han depreciado fuertemente y su valor ya no se corresponde en absoluto con los activos por los que se iban a cambiar.

El acuerdo entre Sanahuja, Rivero y Soler, que pretendía poner fin a un conflicto entre ellos, preveía la recompra por parte de Gecina de las acciones en poder de Metrovacesa a cambio de activos inmobiliarios en Francia y para ello la compañía francesa había lanzado una oferta pública de adquisición de títulos propios para ceder los citados bienes.

Sin embargo, la Autoridad de los Mercados Financieros en diciembre de 2007 y el Tribunal de Apelación de París en junio de 2008 habían inhabilitado ese acuerdo al considerar que había una acción de concierto.

Metrovacesa, que ahora está en manos de los bancos acreedores, sigue manteniéndose como principal accionista de Gecina con un 29,9%. Rivero conserva un 16,2% y Soler un 15,3%. Predica tiene un 8,24% y diversos otros accionistas institucionales un 20,4%.