Wall Street ya no tira del carro: EEUU se quedará rezagado en 2023 frente al resto de bolsas

Las acciones estadounidenses han aplastado a las mundiales durante 15 años”, señalan los expertos de Bank of America. “100 dólares invertidos en acciones estadounidenses en marzo de 2008 valen ahora 288 dólares”, mientras que “100 dólares invertidos en acciones mundiales (excluido EEUU) valen 94 dólares”, según los cálculos del equipo de expertos del banco estadounidense.

En ese sentido, BofA Global Research pronostica que “la Bolsa de EEUU tendrá un rendimiento inferior al mundial en 2023”, una tendencia que ya se ha estado reflejando en el comportamiento en los últimos meses de las bolsas europeas frente a Wall Street:

“En los últimos dos meses, las acciones europeas han superado a las estadounidenses en 1.500 puntos básicos, impulsadas por el descenso del precio del petróleo (de 100 dólares por barril a 80 dólares por barril), el gas natural (-50%), la reapertura de China, el máximo del IPC/PPI y el gran repunte del crédito (los diferenciales de los préstamos hipotecarios en euros se estrecharon 60 puntos básicos)”.

El banco de inversión estadounidense basa su pronóstico sobre el rendimiento de Wall Street en este año que acaba de empezar sobre una serie de factores, que van desde el elevado peso del sector tecnológico al fin de las recompras de acciones o la debilidad del dólar estadounidense. 

El primero de los factores señalados, el escenario de tipos de interés: “los valores estadounidenses de ‘crecimiento [growth] secular’ se comportaron sustancialmente mejor durante el ‘estancamiento secular’ de QE/tipos cero; los valores no estadounidenses de ‘valor cíclico’ se comportarán mejor en un contexto de tipos más altos de ‘estanflación secular’”, señala BofA.

También el resurgimiento de China: “el mercado alcista del crédito comenzó en los días posteriores al Politburó del Partido Comunista de China (PCC) (....) Los diferenciales de los bonos chinos de alta rentabilidad (HY) en dólares se redujeron a la mitad, de 2.900 pb el 27 de octubre a 1.360 pb, y la rápida salida de la política de Cero Covid desatará años de ahorro preventivo para impulsar el consumo de los hogares”.

Otro factor que explicará que Wall Street esté de capa caída es el sector tecnológico, que durante los últimos años fue el gran motor de la Bolsa estadounidense y ahora sufre en el actual entorno de tipos altos. “En el cuarto trimestre, el conjunto de la tecnología, en porcentaje del mercado de renta variable estadounidense, fue del 40%, frente al 19% de los mercados emergentes, el 13% de Japón y el 7% de Europa”, explica BofA Global Research.

“El descenso de la tecnología, impulsado por la regulación, la penetración y los tipos, ya está en marcha (los 8 grandes valores ya han bajado del 30% al 21% del mercado estadounidense), pero la rotación de los inversores fuera del sector tecnológico aún no ha comenzado, lo que perjudica más a EEUU”.

El parqué neoyorquino disfrutará asimismo de menos impulso por las recompras de acciones. El mercado bursátil estadounidense ha disfrutado de 7,5 billones de dólares en recompras de acciones desde la crisis financiera, según los cálculos del banco de inversión, que cree que “las empresas, más que los inversores, han impulsado el mercado bursátil en los últimos 15 años, sobre todo las tecnológicas y financieras”.

Sin embargo, ahora se ha introducido un impuesto del 1% sobre las recompras “que aumentará inevitablemente en los próximos años” y que sumado a tipos más altos se traducirá en “menos emisiones de deuda en beneficio propio para financiar las recompras”.

Bank of America cita también el mercado de la energía, ya que “la subida de los precios del petróleo significa que los ‘exportadores de petróleo’, como EEUU y Arabia Saudí, obtienen mejores resultados; la bajada de los precios del petróleo significa que los ‘importadores de petróleo’, como Japón, China, India y Europa, obtienen mejores resultados”.

A ello se suma que en 2023 se espera que el dólar pierda fuelle “a medida que disminuyen las tensiones geopolíticas, aumentan las tensiones políticas internas en EEUU, y los gobiernos e inversores mundiales se diversifican de la moneda de reserva”.

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