Era la espina que Tesla tenía clavada en este más que magnífico 2020 para el valor. A pesar de la subida exponencial acumulada por el valor en lo que llevamos de año que alcanza el 649%, no ha podido ser hasta casi el cierre del ejercicio esa inclusión. Pero a pesar de los avances en vertical, la entrada en el S&P 500 de la compañía de Elon Musk marca un cambio trascendental para el valor y para el índice también.
En el lado positivo es lo que la compañía había estado esperando durante meses: entrar a formar parte de la liga de las estrellas y además colocarse claramente como una de ellas. Es, tras Apple, Microsoft, Amazon y Facebook y colándose por delante de Alphabet, el quinto valor por peso específico en el índice, en el que pondera ya un 1,69%. Aunque en realidad será el sexto, porque para Google se contabilizan sus dos clases de acciones, que ponderan por encima del 3%.
También en positivo por la compra previa de acciones por parte de los fondos, antes de que se estrenara este pasado lunes, lo que ha llevado a Tesla a marcar un nuevo máximo en los 695 dólares por acción. De hecho solo el pasado viernes cambiaron de manos 200 millones de acciones de la compañía, cuatro veces más que el promedio de negociación de sus acciones en los 30 días precedentes.
Y se produce siguiendo al pie de la letra las especificidades y requerimientos del índice tras lograr cinco trimestres consecutivos en positivo, con la mayor demanda jamás soñada de coches eléctricos en el mercado, con una competencia cada vez más feroz y nuevas empresas del sector en el mercado. Y recordemos que Tesla superó a Toyota, la más grande de las automovilísticas en el mercado, por capitalización.
En su gráfica de cotización sin embargo vemos, como lejos de ser un estreno de altos vuelos y tras comprar con el rumor, descontando en los días anteriores con la entrada de inversores su incorporación y un avance en dos jornadas superior al 11%, la toma de beneficios ha llegado en sus dos primeras sesiones como miembro ya del S&P, y recortes acumulados del 10,5%. el resto, en positivo: mes precedente en el que sube un 27%, trimestre con un 47% de avances. Semestre de ensueño con avances del 213% para conjugar casi un año en el que el valor se revaloriza nada menos que un 649%.
Gráfica comparativa anual entre Tesla (azul) y el S&P 500 (beige)
Fuente: WSJ
Pero no es oro todo lo que reluce. Su peso relativo en el índice, ese 1,69% se coloca por debajo de lo que el mercado esperaba. Es además una de las acciones más caras, al cotizar a nada menos que 186 veces sus ganancias futuras. E influirá en varios aspectos en el índice: la relación precio-beneficio del S&P 500 pasará, tras la entrada de Tesla a 22,6 veces desde las 22,3, pero como la compañía no paga dividendos, la rentabilidad por el mismo del indicador bajará hasta el 1,53 desde el 1,56% anterior.
Además y como curiosidad, por cada 11,1 dólares que mueva Tesla, el S&P 500 cambiará en un punto. De hecho desde Goldman Sachs ya han calculado cómo se habría comportado el indicador si Tesla hubiera formado parte de él desde el pasado 1 de enero. Hubiera subido un 2% más de lo que lo ha hecho, casi un 14% en este 2020%.
También ha presentado bastantes dolores de cabeza su unión al indicador: ya hemos hablado del volumen que ha movido en los últimos días, pero finalmente, a pesar de la posible distorsión lo ha hecho de una sola vez,tras sopesar el presunto impacto de liquidez. Y recordemos que sustituye a un valor, Apartment Invesment cuyo peso erá minúsculo en comparación con él.
Según nuestros indicadores técnicos premium, Tesla refleja en su nota, y en modo alcista, el buen desempeño del valor en el mercado, con una mejora de un punto que le coloca con un sobresaliente bajo de 9 sobre 10 puntos posibles. Con casi todo en positivo, solo se quiebra la mirada en la volatilidad del valor que sigue siendo creciente, según nos indica su rango de amplitud, a medio y a largo plazo. El resto, tendencia alcista a medio y largo plazo. Momento lento y rápido total positivo y volumen de contratación creciente a medio y también a largo plazo.