A Elon Musk se le debe hacer muy raro que Tesla solo suba en el mercado un 1.9% en lo que llevamos de año. Y es que el bagaje interanual es del 142%, el de los dos últimos años del 1.428%. No hablemos ya, con cifras que marean en los últimos 10 ejercicios bursátiles, en los que se revaloriza un 12.097%, desde los 4,30 euros en los que cotizaba hace justo 10 años.
Y es para un valor y una compañía que lo hace todo a lo grande mantenerse en equilibrio con el mercado debe ser un gran shock. Aunque no ha pasado desapercibido, ni mucho menos que el valor haya recuperado por primera vez en tres mesesla cota de los 700 dólares por acción y todo mientras Elon Musk quiere pasar a segundo plano. Como saben, es la mejor baza, en incluso a veces, la peor opción en defensa de Tesla en el mercado.
Parece que a través de twitter ha hecho saber, en una discusión que “no quiere ser el CEO de nada” por lo que acaba de indicar que ya no participará en las conferencias telefónicas sobre Tesla. Ya saben que, en Estados Unidos, cuando se presentan los resultados, las comparecencias son como las conference call que celebran aquí los analistas con la empresa, al margen de la presentación ante la prensa de los resultados. Es decir, se conectan por teléfono los principales directivos de las compañías.
Y la del pasado día 26, dice Musk que será la última, a no ser que tenga algo realmente importante que decir. Resultados en los que por primera vez en la historia superaron los 1.000 millones de dólares de ganancias, mientras se duplicaron superando las expectativas de Wall Street. 1,14 billones en concreto o 1,02 dólares por acción, con ingresos que han crecido un 98% hasta los 11.960 millones, frente a los 6.000 millones del pasado año, donde la pandemia distorsionó todas las cifras.
Las preocupaciones de Musk no quedaron ahí, sino que se dirigieron también a la escasez de semiconductores, que a su juicio sigue siendo bastante grave, porque señala que “el suministro de chips es el factor fundamental que rige nuestra producción y es difícil predecir cuánto durará esta situación está fuera del control de Tesla”.
De momento no se han dado detalles de la esperada producción de su Cybertruck, su camioneta presentada con todo lujo de detalles en la NBC y que se esperaba para principios de año, ni sobre el retraso también ya de dos años, de Tesla Semi.
En su gráfica de cotización vemos como el valor sigue remontando posiciones hasta superar esa cota de los 700 dólares por acción, con avances del 11,5% en las últimas 5 sesiones, avances que representan casi un 6% en el último mes y del 5% en el trimestre, frente a las caídas semestrales que alcanzan el 15,9% para el valor. En lo que va de año, apenas marca un avance del 1,9% frente al 142% interanual para Tesla.
Los analistas destacan tras las cuentas una mejora generalizada, pero no total: Canaccord reduce su precio objetivo hasta los 768 dólares desde los 812, aunque mantiene la recomendación de compra sobre sus acciones mientras JPMorgan se mantiene como el más “bajista” sobre el valor con un precio objetivo de tan solo 180 dólares, su precio actual en el mercado dividido por cuatro. Entre las positivas, nos encontramos con las de RBC Capital que coloca su PO en los 745 dólares, desde los 718 anteriores. Y desde Mizuho elevan a 825 dólares desde 820 las previsiones de crecimiento del valor en su cotización.
Por cierto, que el pasado año cayeron en picado en España las ventas de Tesla: solo 1.469 vehículos, un 28% menos frente a las cifras de 2019. Consideran que se debe al efecto de la pandemia y a que hace dos años lanzaron su modelo 3 más asequible que el resto de los modelos de coches de la marca. En España tiene un precio de 48.000 euros. De esta forma sus ingresos, como nos cuenta el País se han reducido a 86 millones de euros frente a los 119 alcanzados hace dos años, que la empresa también achaca al fin de los incentivos a la compra por parte del gobierno.