El banco británico RBS creará un“banco malo” interno. Así lo ha anunciado coincidiendo con la publicación de sus resultados trimestrales. La entidad, controlada en un 81% por el Gobierno de Londres, transferirá activos tóxicos a ese “banco malo” por 38.000 millones de libras. BlackRock y Rothschild fueron contratados por RBS para evaluar la separación de estos activos, que finalmente se quedarán dentro del banco pero en otra unidad con distinta gestión. Esta decisión va en contra de la recomendación de la Comisión parlamentaria sobre estándares bancarios que instó a RBS a eliminar estos activos de su balance y ponerlos bajo gesión pública.

RBS ha anunciado además unas pérdidas de 845 millones de libras, superiores a los 586 millones también negativos de hace un año. La entidad argumenta los costes de reestructuración que le está suponiendo preparar la salida del Gobierno y su privatización. El beneficio operativo de sus negocios centrales ha caído un 14%, hasta los 1.280 millones de libras: “Vemos síntomas de que la recuperación de la economía del Reino Unido adquiere tracción y hemos observado niveles más elevados de actividad y confianza entre los consumidores”, ha asegurado la entidad en el comunicado dedicado a sus resultados.

R.D./M.G.