Jim Cramer considera a las empresas fintech mucho más valiosas que las tradicionales, pero tras la presentación de Jamie Dimon sobre competencia de tecnología financiera del pasado lunes, ha podido definir con exactitud el por qué de este amor.

Dimon dijo en la conferencia: "Entonces, si miras algunas de las cosas que... quiero decir, tenemos que ser un poco autocríticos aquí, podríamos haberlo hecho. Lo que hizo Square y nosotros no, está bien", refiriéndose a la empresa de crecimiento increíblemente rápido que atiende a las pequeñas empresas y las hace más fuertes y consistentes para que puedan crecer más rápido. Continúa: "Entonces, si estuvieras en mi reunión de gestión, les digo que podríamos haberlo hecho y no lo hicimos. No teníamos la imaginación para hacerlo".

También declaró que tiene sistemas heredados que los han dañado cuando se trata de este tipo de desarrollo. A diferencia de JP Morgan, las empresas de tecnología "no tienen requisitos de capital, ningún requisito de liquidez, ningún requisito social, ningún requisito de seguro, ningún requisito CCAR, ningún requisito de resolución" y una serie de otros obstáculos que son necesarios para el banco más grande del mundo con depósitos por valor de 2,2 billones de dólares.

¿Pero por qué American Express pudo hacerlo? Steve Squeri, chairman y CEO, dijo que llegará al mundo de Square con una serie de productos de una empresa comprada recientemente, Kabbage, que serán de gran ayuda para las pequeñas empresas y ofrecerán algunos productos. Competencia real para Square y otras empresas que ayudan a las pequeñas empresas a llegar a fin de mes.

“Ahora yo, entre muchos otros, tengo en alta estima a Jamie Dimon y JP Morgan. Ha sido mi banquero durante la mayor parte de mi vida adulta. Creo que es fantástico que reconozca la falta de oferta de su banco para competir”, señala Cramer.

¿Pero qué tipo de institución que está tratando de atender a sus clientes no ofrece algo que admite que es simple?

El verdadero fracaso es la incapacidad de captar o concentrarse en lo que necesitan las pequeñas empresas porque están trabajando para grandes empresas y haciendo grandes cantidades de dinero al hacerlo. ¿Por qué correr el riesgo de ayudar a las pequeñas empresas con un exceso de vida cuando se gana mucho más dinero en otros lugares?

El fracaso no es de imaginación, sino de omisión deliberada. Como banquero conservador en un mundo en el que los reguladores pueden mirar con recelo los préstamos respaldados por recibos, el comportamiento del banco es más difícil de criticar. Pero el cliente siempre tiene la razón, necesitaba estos productos y si Dimon no se los daba era obvio que, en última instancia, perdería muchos negocios. Sin embargo,  los límites de mercado de Squares y PayPals muestran que debería haber encontrado una manera inteligente de hacerlo realidad.

“Ah, y seamos claros, tampoco fue como si los otros grandes bancos aprovecharan la oportunidad para hacerlo. Así que ahora, cuando profeso mi amor por las fintechs, puedes entender mejor que sin reglas heredadas, filosofías y sistemas arraigados en los viejos tiempos, es mejor estar con lo nuevo”, finaliza Cramer.