Microsoftse va de compras y anuncia la adquisición por 68.700 millones de dólares, a 95 dólares la acción y en efectivo, de Activision Blizzard, una compañía que por el nombre puede no ser renombrada, pero más que conocida en el mundo de los gamers por ser la desarrolladora de Call of Duty, World Warcfraft y Candy Crash entre otros.
De completarse la operación, cuyo acuerdo espera Microsoft que sea efectivo al cierre de su año fiscal 2023 que comienza el 1 de julio, la compañía fundada por Bill Gates se convertiría en la tercera del sector de los videojuegos en todo el mundo por detrás de la china Tencent y de la japonesa Sony, cuyas acciones, por cierto, han sufrido a cuenta de esta adquisición.
Y son varias y diversas las razones, tanto para su compra, como para su venta de la compañía. Del lado de Microsoft esta operación puede suponer su salto definitivo en un mercado, el de los videojuegos con una salud de hierro y muy populares y una progresión de ingresos casi asegurados, con un catálogo de franquicias de videojuegos consolidados y respaldados por el mercado, para un mundo gamer que no para de crecer como vemos en la gráfica. Solo por esa razón ya valdría la pena.
Pero la envergadura de la operación tiene un trasfondo mayor. Aunque muchos no lo saben, lo cierto es que antes de que el fundador de Meta, Mark Zuckerberg hiciera público, con cambio de nombre desde Facebook incluido el valor futuro de esa joya potencial del metaverso, el CEO de Microsoft, Satya Nadella ya lo había reconocido en público.
Mundo virtual que gana al real el del metaverso en el que los reyes son los videojuegos en este momento y con idea futura, aunque con cambios significativos en el futuro, para ir a un target de población más allá de los gamer y que se conviertan en una alternativa a la actual afluencia muy popular de las redes sociales. Solo ahora mismo, más de 3.000 personas en todo el mundo juegan a los videojuegos. En realidad, en eso es en lo que está invirtiendo Microsoft.
Y es que la compañía ya tiene la tecnología necesaria para impulsar a Activision en el metaverso, para unas conversaciones, que ahora han fructificado y que comenzaron a finales del pasado ejercicio. La idea es entrelazar las franquicias de los juegos de ambas compañías, en el caso de Microsoft con Halo.
De momento, los primeros acordes han sido negativos para el valor en el mercado con caídas para sus acciones, aunque lo cierto es que nadie está seguro totalmente de que esta operación salga adelante. En especial por los problemas de competencia y posible monopolio. Wall Street ahora mismo le otorga una posibilidad del 60% a la compra.
En su gráfica de cotización vemos que el valor avanza un 1,21% en las últimas cinco sesiones bursátiles, mientras pierde ya casi un 8% en su devenir del último mes. En el trimestre, apenas pierde un 0,73% y en lo que va de año recorta un 8,27%.
En el otro lado en el de Activision Blizzard, vemos como su valor ha subido exponencialmente, un 25% aunque lejos de la jugosa prima ofertada por Microsoft sobre sus acciones, nada menos que del 54%. Por cierto, que la compañía ha tenido numerosos problemas en cuanto a su daño reputacional se refiere en los últimos tiempos, por informes sobre acoso y conducta sexual inapropiada entre sus ejecutivos. Y todo ello se ha reflejado en su cotización Directivos de mayor nivel que ya se descuenta que salgan de la compañía justo cuando se cierre la operación.
En cuanto a recomendaciones, Microsoft cuenta con el apoyo de Wedbush y de su analista estrella Dan Ives que recomienda comprar el valor y le otorga un precio objetivo de 375 dólares, en lo que consideran un camino para llevar a Microsoft a los 3 billones en capitalización bursátil. Desde Tipranks vemos que de los 28 analistas que siguen el valor, 27 optan por comprar y uno tan solo por mantener. Su precio objetivo, 373,88 dólares por acción, con un potencial del 20,59% para el valor.