Bernstein Research cuestiona hoy la alegría con la que los inversores de Mediaset han recibido el resultado de las elecciones europeas en Italia, donde el Partido Demócrata del primer ministro, Matteo Renzi, ha logrado una victoria más abultada de lo que se esperaba frente al populismo antieuropeísta de Beppe Grillo.

El optimismo de los inversores de Mediaset reside en que este resultado favorece la estabilidad política en Italia, dado que el partido de Renzi ha sumado el 41% de los votos y fortalece así su candidatura a la reelección con un panorama en el que tal vez pueda prescindir de coaliciones para gobernar el país. Grillo ha dado un paso atrás y su formación atraviesa un momento complicado, mientras que Berlusconi, cuyo partido ha quedado como tercera fuerza política en estas elecciones con un 17% de los votos, no puede siquiera plantearse no apoyar las reformas institutionales de Renzi y arriesgar aún más el resultado electoral de su partido en las próximas generales, previstas para principios de 2015, cuando todavía estará prestando servicios sociales para acatar la sentencia judicial a que fue condenado hace unos meses.

Según apunta Bernstein, todos los observadores políticos coinciden en que la campaña de Berlusconi para estas elecciones ha sido bastante pobre, quizás precisamente por los problemas judiciales en los que sigue inmerso y que seguramente lo alejarán de participar en la campaña a las generales del año que viene y de ser candidato en un futuro próximo. Ante este panorama, parece que Berlusconi sigue dándole vueltas a la idea de que su hija Marina se presente en su lugar a los próximos comicios italianos, pese a su inexperiencia política. La izquierda, no obstante, no aceptará otros 30 años con un Berlusconi en el poder controlando los medios de comunicación públicos además de los privados, pero esta retirada de la familia de la política y el ascenso de la izquierda a un gobierno en mayoría en Italia puede dejar muy mal parado a Mediaset. La cadena pública Rai se ha fortalecido en los últimos tiempos y un gobierno de izquierdas no modificará el régimen regulatorio televisivo para favorecer los ingresos publicitarios hacia las privadas en detrimento de la pública.

M.M.