Las posiciones cortas netas contra los futuros del S&P 500 por parte de los hedge funds alcanzaron un récord de 107.000 millones de dólares la semana pasada, según los cálculos de Greg Boutle, jefe de estrategia de renta variable y derivados de EEUU en BNP Paribas.
Este volumen de apuestas bajistas llega justo antes del simposio de Jackson Hole, en el que los inversores esperan que el presidente de la Fed, Jerome Powell, ofrezca nuevas pistas sobre el ritmo de subidas de tipos de la institución, que ha estado marcando el devenir de los mercados ante el temor de que la batalla contra la inflación acabe desembocando en una recesión.
Las apuestas bajistas se fueron acumulando mientras el S&P 500 repuntaba durante cuatro semanas consecutivas, rebotando más de un 17% desde su mínimo de 52 semanas del 16 de junio. Los datos económicos que apuntan a una relajación de las presiones sobre los precios han reforzado la creencia de que la Reserva Federal está controlando la inflación y podría bajar el ritmo de las subidas de tipos, pero poco a poco aumentan las sospechas de que esta creencia podría ser demasiado optimista.
“Por muy potente que haya sido el repunte del mercado, se ve con bastante escepticismo”, avisa en declaraciones a la CNBC Mark Hackett, jefe de investigación de inversiones de Nationwide.
Estrategia de cobertura
Ponerse corto en los futuros del S&P 500 es una forma habitual de apostar contra el mercado bursátil en general, pero también podría formar parte de una estrategia de cobertura.
En ese sentido, el último rebote del mercado ha causado problemas a algunos hedge funds, ya que muchos se han visto obligados a cubrir sus posiciones cortas a medida que subían los precios de las acciones, lo que ha alimentado el repunte de la renta variable.
Desde el mínimo de junio del S&P 500, los vendedores en corto han cubierto 45.500 millones de dólares de sus posiciones cortas, según datos de S3 Partners. La mayor cantidad de cobertura de posiciones cortas en dólares se produjo en los valores tecnológicos.
Esto puede indicar que las instituciones consideran los recientes movimientos alcistas del mercado como un ‘rally bajista’ y esperan un retroceso de los precios de las acciones en todo el mercado si la recesión continúa o empeora y la Reserva Federal se ve obligada a subir los tipos más alto o más rápido de lo esperado, cree Ihor Dusaniwsky, director gerente de análisis predictivo de S3 Partners.
Muchos operadores profesionales de Wall Street creen que haber superado el pico de inflación puede no ser un catalizador suficiente para que el rebote tenga un poder duradero. Además, en lo que va de año, el índice de referencia S&P 500 ha bajado más de un 10% a pesar del repunte que ha tenido lugar en las últimas semanas.
“Creemos que tendríamos que ver una mejora mayor y más persistente en las perspectivas macroeconómicas para impulsar una reasignación a mayor escala del dinero institucional hacia la renta variable”, señala Boutle.