Los futuros de Wall Street bajan a la espera de las cuentas de Morgan Stanley, american Express y Netflix

Apertura en negativo de los principales indicadores de la bolsa americana, después de que el parqué neoyorkino cerrase la jornada de ayer con subidas.

Los avances al otro lado del Atlántico se vieron favorecidos por unos resultados trimestrales mejores de lo esperado Bank of America y Goldman Sachs, ambas con un aumento en sus beneficios a nivel trimestral y anual. La primera entidad se revalorizó un 7,16%; mientras que la segunda lo hizo un 9,54%, marcando en el caso de esta última su mejor jornada de los últimos diez años.

Sin embargo, hoy en Wall Street pesan las cuentas de Morgan Stanley. La entidad obtuvo unos beneficios netos de 8.222 millones de dólares en 2018, un récord y un 47% más que el año anterior, pese a que en el último trimestre le afectó la volatilidad del mercado bursátil.

El beneficio por acción en 2018 fue de  4,73 dólares, frente a los 3,07 dólares registrados en el ejercicio anterior, cuando ganó 5.588 millones. Los ingresos aumentaron un 6% a nivel anual y se situaron en 40.107 millones.

En el cuarto trimestre de 2018, Morgan Stanley casi triplicó su beneficio pero tuvo unos ingresos menores, y en ambos casos se quedó por debajo de las estimaciones. De esta forma, en los tres últimos meses de 2018, el banco logró un beneficio neto de 1.361 millones (0,80 dólares por acción), lo que el incremento fue del 188%.

También publican resultados American Express, además de a Netflix, en su caso ya con las bolsas estadounidenses cerradas.

De esta forma, el Dow Jones baja un 0,16%, el S&P 500, un 0,12% y el Nasdaq, un 0,17%.

Con el Dow Jones en los 24.178,69 puntos, la mayor subida del índice es la de Nike, que sube un 0,91%, por delante de DowDuPont y de Boeing, que se revaloriza un 0,72% y un 0,58%, respectivamente.

Por el contrario, Home Depot cae un 2,50%, lideerando los descensos del Dow Jones, seguido de Apple, que se deja un 0,88% y de Walgreens Boots, que pierde un 0,83%.

En cuanto a la agenda macroeconómica de la sesión, al otro lado del Atlántico ya se ha conocido el índice de la Fed de Filadelfia correspondiente al mes de enero, con una lectura de 17 puntos, muy por encima de los 9,5 puntos esperados por el mercado.

Además, se publicarán datos del sector inmobiliario con los permisos de construcción mensuales de diciembre y viviendas nuevas del mismo mes.

También se publicarán, correspondientes al mismo mes, el dato mensual de ventas anticipadas al por menor.

El aluvión de cifras sobre la economía de EEUU tendrá lugar después de que ayer se conociese el Libro Beige de la Reserva Federal, en el que destaca una mayor preocupación por parte de los empresarios sobre la economía americana como consecuencia del aumento de la incertidumbre política y comercial, la volatilidad en los mercados financieros y el incremento de los tipos de interés a corto plazo.

“Por el momento, la actividad económica mantiene un ritmo de crecimiento moderado a pesar de que en algunos sectores comienzan a verse cierta ralentización” advierten los expertos de Renta 4, mientras que se han comenzado a conocer las primeras estimaciones del potencial impacto del cierre parcial de la Administración americana, que apuntan a un retroceso del 0,13% en el PIB por cada dos semana de cierre y de 0,5% en un mes. Hoy el “shutdown” de EEUU entra en su día 27.

En cuanto a las relaciones entre EEUU y China, el gigante asiático ha confirmado que su viceprimer ministro, Liu He, visitará Estados Unidos el 30 y 31 de enero para la próxima ronda de negociaciones comerciales con Washington.

La visita de Liu se producirá tras unas conversaciones de bajo nivel que tuvieron lugar en Pekín la semana pasada, con el objetivo de resolver la disputa comercial entre las dos economías más grandes del mundo antes de que el próximo 2 de marzo entren en vigor nuevos aranceles estadounidenses a productos chinos valorados en 200.000 millones de dólares.

Por otro lado, parlamentarios republicanos y demócratas presentaron ayer proyectos de ley que prohibirían la venta de chips estadounidenses u otros componentes a Huawei, ZTE y otras empresas de telecomunicaciones chinas que infrinjan sanciones o leyes de control de exportaciones de Estados Unidos.

La propuesta se presentó poco antes de que el Wall Street Journal informara de que los fiscales federales estaban investigando las acusaciones de que Huawei había robado secretos comerciales de T-Mobile y otras empresas estadounidenses.