El escenario actual combina una sólida recuperación del apetito por el riesgo con expectativas de recortes en las tasas de interés por parte de los bancos centrales, sobre todo de la Reserva Federal. Esta confluencia de factores hace que muchos expertos vean probable que las acciones mundiales no solo igualen su máximo histórico, sino que incluso lo superen ampliamente.

Factores que impulsan el avance de las acciones mundiales

La reciente exención de ciertos aranceles por parte de Estados Unidos ha generado un alivio temporal en las tensiones comerciales, especialmente con China. Esta medida ha actuado como un catalizador para el alza de los mercados bursátiles, incentivando las compras de activos de riesgo. A esto se suma la expectativa de políticas monetarias más flexibles, lo que reduce el coste del capital y mejora las perspectivas de rentabilidad para las empresas.

Otro motor clave ha sido el comportamiento técnico de los mercados. Cada retroceso reciente ha sido aprovechado por los inversores para comprar con fuerza, lo que ha generado una base sólida de soporte. Este tipo de dinámica suele ser señal de fortaleza subyacente en el mercado, especialmente cuando los datos económicos no muestran señales de deterioro severo.

Más apoyo desde los grandes analistas

La visión optimista no solo es compartida por los operadores del día a día. Firmas como Morgan Stanley han mejorado recientemente sus previsiones para el mercado estadounidense, anticipando que los futuros recortes de tipos de interés potenciarán aún más los beneficios corporativos. En paralelo, Nomura ha elevado la calificación de las acciones chinas, subrayando que el mercado asiático ofrece oportunidades atractivas tras meses de correcciones.

Ambas perspectivas alimentan un entorno en el que las acciones mundiales parecen estar bien posicionadas para continuar su ascenso. La recuperación paulatina en sectores castigados, como el tecnológico en Asia o el consumo en Europa, también está contribuyendo a ampliar la base del rally.

Perspectivas a medio plazo, ¿hay más margen para subir?

Según cálculos elaborados por Bloomberg a partir de estimaciones de mercado, el índice MSCI All Country World podría escalar un 11% adicional en los próximos 12 meses. Este optimismo se sustenta en varios pilares: la evolución de la inflación global, la reactivación del crecimiento en economías clave y el papel más moderado que adoptan los bancos centrales en sus decisiones de política monetaria.

El hecho de que las valoraciones no hayan alcanzado extremos históricos también refuerza el argumento de que el alza tiene espacio para continuar. Si bien algunas acciones, especialmente en sectores tecnológicos, cotizan en múltiplos exigentes, muchas compañías en sectores defensivos, industriales o financieros aún presentan márgenes atractivos.

Esto no significa que el camino esté libre de riesgos. Factores geopolíticos, como el rumbo de las elecciones estadounidenses o la escalada de tensiones en Oriente Medio, pueden influir de forma brusca en el comportamiento de los mercados. También hay incertidumbre respecto a la recuperación sostenida en China y sus efectos sobre el comercio global.

Diversificación y visión estratégica

Ante un contexto tan dinámico, muchos asesores financieros recomiendan mantener una estrategia diversificada. Apostar únicamente por acciones tecnológicas o por una región específica podría aumentar el riesgo en caso de correcciones inesperadas. En cambio, distribuir la cartera en distintas áreas geográficas y sectores ofrece una mejor protección ante la volatilidad.

Los inversores que priorizan el largo plazo y son capaces de resistir los movimientos del corto plazo tienen más posibilidades de aprovechar este escenario. Las señales actuales respaldan la idea de que las acciones mundiales aún no han alcanzado su techo, y que podrían beneficiarse de un entorno macroeconómico más favorable durante lo que queda de 2025.

Cara a los próximos meses, el comportamiento de los bancos centrales seguirá siendo decisivo. Las declaraciones de la Reserva Federal y del Banco Central Europeo tendrán un peso directo sobre los mercados bursátiles. También lo harán los datos sobre inflación y empleo, ya que marcarán la pauta para nuevas decisiones de política monetaria.

Por otra parte, la evolución de los beneficios corporativos y las previsiones trimestrales de las grandes compañías ayudarán a validar si los niveles actuales de precios están justificados o si hay espacio para más subidas. Hasta ahora, muchas empresas han sorprendido positivamente, lo que ha servido como otro soporte para el mercado.