No es el pasado…estúpido, es lo que nos viene. Así podríamos parafrasear a James Carville, el famoso asesor político de Bill Clinton, porque lo peor ahora mismo del Dow Jones es a lo que se enfrenta a pesar de que, si mira atrás, el panorama es parecido al que dejará en nuestras mentes el final de una película de zombies.
Tan amigos de las estadísticas, en este caso las que atañen a Wall Street en general al cierre de septiembre, son para llorar en general y en particular para el DOW JONES Ind Average. De menos a más, la muestra, es la siguiente, juzguen ustedes: en la semana previa ha perdido un 2,9%, la tercera consecutiva en la que cierra en negativo, con recortes en septiembre del 8,8% y es la menor cuantía en pérdidas de entre los principales indicadores. Eso es, es su segunda pérdida mensual consecutiva.
Ya en el trimestre, las pérdidas del indicador alcanzan el 7,6%, lo que consolida que, en los primeros nueve meses de 2022, Wall Street ha sufrido tres caídas trimestrales seguidas, como indica Reuters, la más larga en tres meses del Dow Jones en los últimos 7 años. Sin olvidarnos de que, en el cómputo de lo llevamos de año, el indicador cede casi un 21% en medio de un mercado bajista, en el que Dow Jones recorta ya, desde sus máximos anuales, un 23%.
Todo ello para colocar, en la apertura de esta jornada, y con permiso de la preapertura y de sus ajustes, por debajo de los 29.000 puntos en el Dow Jones, por primera vez desde noviembre de 2020.
Después de esas cifras y respirar hondo, los inversores lo que pueden hacer es centrarse en una famosa máxima del mercado: rentabilidades pasadas no garantizan rentabilidades futuras y, darle la vuelta. El mal pasado no augura un negativo panorama en este octubre.
Lo malo es que el horizonte que presenta si es tan feo como el anterior. Porque así, de feas empiezan a calificar los analistas, como en el caso de Carson Group, las perspectivas del mercado en lo que queda de año. Por delante lo que tenemos en lo inmediato son las comparecencias esta semana de la más “hawkish” entre los halcones de la Fed.
Hablamos de Loretta Mester, la responsable de la Fed de Cleveland que comparecerá por dos veces tras el mea culpa de la Reserva Federal, al señalar que no han sabido ver el elefante en la habitación en el que se ha convertido la inflación. Eso sí a partir de ahora pone sobre la mesa algo así como el “haré lo que haga falta” de Mario Draghi, pero en negativo. La inflación y su control, es lo primero, cueste lo que cueste, recesión incluida
También un nuevo y complicado informe laboral en el que veremos si el impacto de un retroceso empieza a producirse, cuando el viernes conozcamos las cifras de creación de empleo, la tasa de paro y salario por hora trabajada durante septiembre en Estados Unidos.
Y con algo más de luces a medio plazo, también miran los inversores a tres acontecimientos. El primero es la temporada de resultados, que se espera más floja en apenas tres semanas. La segunda la nueva reunión de la Fed del 2 de noviembre y la cuantía de su potencial nueva subida de los tipos. Desde FedWatch los inversores consideran que la probabilidad de que la Reserva Federal suba ese día los tipos en 75 puntos básicos es del 57%. Hace un mes, la probabilidad de incremento en esa cuantía era 0.
Pero hay una tercera que sobrevolará también en los próximos días. Hablamos del desempeño en el mercado de bonos que ha copado la actualidad esta semana. Ese puede ser el renovado punto de fuga para las bolsas en el panorama de Wall Street superando incluso al mostrado con la inversión en la curva de tipos.
En cuanto a sus componentes, lo peor del mes lo encontramos en Nike -B-, Boeing Co e Intel por ese orden con caías comprendidas entre el 21 y el 17% y que coinciden además con las semanales encabezadas por el 14% de la marca deportiva que no levanta cabeza con recortes anuales que dejan su precio a la mitad frente al comienzo del ejercicio.