La economía del conocimiento, o comercio digital, está cobrando impulso, y está dando paso a una nueva generación de empresas globales basadas en la generación de «ideas», como es el caso de Amazon o Alphabet, empresa matriz de Google. Se trata de empresas creativas, dinámicas y bien conectadas, que utilizan la tecnología en su propio beneficio.
Internet ha acabado con las fronteras reales, lo que ha generado cambios en el modo en el que las empresas se organizan y los productos se consumen. Se puede acceder a los productos con rapidez y los costes de distribución son reducidos; el mecanismo de distribución es el teléfono o las tablets. No es de extrañar que la composición de las empresas más valiosas del mundo por capitalización de mercado haya cambiado de forma espectacular desde 2007.
Los índices ya no están dominados por grandes empresas de los sectores del petróleo, las finanzas y la industria, sino por empresas relacionadas con la tecnología.