Parece que todo está encaminado. Los dos grandes partidos del país llevan acercando posturas durante algún tiempo. Desde que se llegó a una tregua temporal tras resolverse el bloqueo presupuestario en el mes de octubre que duró 16 días. Efectivamente, tenía fecha de caducidad y es por ello por lo que se han reabierto las negociaciones para dejar las cuentas establecidas antes de que finalice el año.
En este sentido, los encargados de negociar un nuevo acuerdo están muy cerca de cerrarlo en el que se incluirían grandes recortes en el gasto del país. Sería la primera vez que se llegaría a un punto común en materia fiscal desde hace tres años, según ha informado la agencia Bloomberg.
Alcanzar un acuerdo es sólo el primer paso, puesto que el apoyo mayoritario del Congreso de Estados Unidos es el verdadero desafío. Los presupuestos deben tener el apoyo suficiente de la cámara y para ello el borrador definitivo debe estar muy concretizado. Para ello están trabajando de manera conjunta el senador republicano Paul Ryan y su homóloga demócrata Patty Murray.
El acuerdo que están sopesando hasta el momento sendas partes no hace más lento el crecimiento de la deuda nacional y no frena a las exenciones fiscales corporativas que los demócratas pretendían eliminar. Además, no reemplazaría completamente los recortes de gastos automáticos, según apunta la agencia de noticias.
Tanto demócratas como republicanos se muestran optimistas con la negociación y están tranquilios pese a que la fecha límite, el 13 de diciembre, está cada vez más cerca. El proceso aprobado ayudaría a aliviar el gasto por los recortes de entre 100.000 millones de dólares y 200.000 millones de dólares en recortes automáticos durante un año o dos.