Si usted es un inversor conservador, alejado de las emociones fuertes y con tendencia taquicárdica a los fuertes movimientos del mercado, ni se acerque al Bitcoin. La criptomoneda más famosa vive en un auténtico torbellino en este 2021, ya heredado de finales del año anterior en el que llego a romper máximos históricos.
Sin embargo esa ruptura, que dejaba atrás su récord histórico de 2017 y rompía en un primer momento los 20.000 dólares, ha dejado pequeño todo lo que ha venido detrás. Lo más impactante, sin duda, el doblar su precio en solo 23 días, los que nos llevan de mediados de diciembre al 7 de enero. Pero en medio nos encontramos con rupturas de cotas continuas y un exponencial avance del 109%, que ahora, se está desinflando con las caídas de las últimas sesiones que alcanzan el 22% desde máximos, en sus correcciones más significativas desde lo peor de la pandemia, con cuatro sesiones consecutivas a la baja.
Un tiovivo que no parece tener fin por lo que los expertos que apuestan por Bitcoin saben lo difícil que es hacer predicciones sobre su nivel de avances. Y es que además se está produciendo con un volumen de negocio muy significativo. En su gráfica de cotización la divisa virtual sube casi un 21% en el año con todo en positivo, salvo en las últimas sesiones. Espectacular el último trimestre, en el que marca un repunte de nada menos que del 205%.
Esta espiral en la que está metido el Bitcoin, dicen los expertos, que se enmarca en el apetito de los inversores institucionales, que ya en el pasado ejercicio habían empezado a tomar posiciones en el valor, en especial los fondos de inversión. En parte por el apetito al riesgo y las escasas rentabilidades de otros productos, en parte por la protección de su patrimonio frente a la inflación y por el ambiente general menos frentista que hasta ahora sobre las criptomonedas, como un valor peligroso en el mercado.
Y es ese factor, el de valor refugio, es lo que más parece gustar a los inversores con apetito por las emociones fuertes. La política monetaria ultraexpansiva acrecentada en tiempo y forma por la pandemia hace de Bitcoin un activo ideal contra la presunta subida de la inflación y la posible devaluación de las divisas, ante la compra masiva de deuda de las entidades centrales.
Eso sí en el Reino Unido el organismo que regula el mercado ha advertido sobre el peligro de estar invertido en la criptomoneda. Lo considera de alto riesgo, en un nivel tan elevado como para que los inversores puedan llegar a perder todo su dinero, en tiempos en el que se buscan activos que eleven una rentabilidad, de la que carecen desde la deuda hasta los depósitos.
Se habla de ruptura de la burbuja, de rally que llega a su fin, de sobrecompra de este activo, que recordemos es finito... Sea como fuere lo cierto es que el cielo y el suelo no parecen estar tan lejos cuando se habla de la divisa virtual capaz de lo mejor y de lo peor en apenas un par de sesiones.
Pero en términos técnicos, la factura que muestra Bitcoin es impecable con una nota, de nuestros indicadores premium de 8,5 puntos de los 10 posibles. Sólo con el volumen a largo plazo que se mantiene decreciente y el rango de amplitud a medio plazo creciente el resto son favorables: tendencia a medio y largo plazo alcista, momento total lento y rápido positivo, volumen a medio plazo creciente y la volatilidad decreciente a largo plazo. 
