No se trata de las predicciones a la ligera ni tampoco de estimaciones interesadas de inversores cripto que quiere levantar a este Bitcoin venido a menos en lo que llevamos de año. El último aval sobre la posible evolución positiva del activo viene directamente del CEO de Seba Bank, una entidad suiza de activos digitales que en los últimos días se pronunciaba sobre el camino de su precio en la conferencia Crypto Finance celebrada en St Moritz, en Suiza.
Guido Buehler considera que el modelo de valoración interna que manejan establece que el precio se elevará este año a una horquilla de entre 50.000 y 75.000 dólares, lo que supondría quebrar los máximos históricos del pasado año, aunque reconoce que la volatilidad en el activo seguirá siendo muy alta.
Sus estimaciones pasan porque será el dinero institucional el que de nuevo tirará al alza del valor. Todo ello pasado por la pátina de la mayor regulación que ya se está preparando a uno y otro lado del Atlántico. Aunque encuestas, como la realizada por Nickel Digital Asset Management consideran que ese hecho, el de la regulación de Bitcóin y el resto de las criptomonedas, impulsará su precio.
De momento Bitcóin eleva su cotización un 2,38% en las últimas cinco sesiones cotizadas con caídas en el mes que superan el 11,3%. En los últimos seis meses el saldo es favorable, con avances de casi el 36%, mientras en lo que llevamos de año, Bitcóin acumula caídas del 8,6%.
El índice del miedo y la codicia, que marca la evolución es ese indicador que se mueve más con el corazón, por comportamientos emocionales (aunque muchos dirían que es el hígado el que lo mueve) que por otra cosa en el mundo de las criptomonedas no levanta cabeza en lo que llevamos de año. Y es volátil como la propia idiosincrasia, al menos hasta ahora que ha convertido en tan popular a las monedas virtuales: pasa directamente de un extremo hasta otro, marcando claramente por qué se decanta la balanza, sin términos medios. De hecho, el indicador trata de marcar el camino, no señalar una compra o venta directa.
Ahora mismo, su situación actual marca miedo extremo, en la zona más caldeada del indicador, claramente a su izquierda, aunque sin llegar al extremo. Pero esa sensación que, por ejemplo, aleja a Bitcoin de las ganancias, ya que se mueve en negativo en lo que llevamos de año, se está convirtiendo en una tónica habitual en 2022. Mejor dicho: es una zona que no ha abandonado en ningún momento en la última semana y en la que, por cierto, se ha mostrado muy lateral.
Y ese sentimiento, el de cierto cansancio, es el que está marcando a Bitcoin en estos primeros compases del ejercicio. De momento la volatilidad sigue marcando la pauta, algo a lo que, como vemos en el gráfico, nunca le ha sido ajeno a la principal criptomoneda del mercado. Y no parece que la inflación se conjure, con ese 7% en Estados Unidos con la mirada a Bitcóin como activo refugio: de momento parece que la partida la ganan los bonos, a cuenta también de la subida de tipos en aquel país que el mercado ya descuenta para marzo.
Y todo a pesar de que Goldman Sachs si le ve ganando terreno al oro y con previsiones de alcanzar, eso sí, a cinco años vista como activo refugio los 100.000 dólares.
Según nos muestran los indicadores premium que elabora Estrategias de Inversión, la puntuación total de Bitcoin, en modo rebote, alcanza los 3,5 puntos de los 10 posibles para la criptomoneda. Con tendencia a medio plazo bajista, mientras que a largo plazo se muestra alcista para el activo. El momento total, tanto lento como rápido es negativo para Bitcoin
El volumen de negocio, en sus dos vertientes, tanto a medio como a largo plazo se muestra decreciente, mientras que el rango de amplitud, la volatilidad del valor es mixta: decreciente a largo plazo y creciente a medio para Bitcoin.
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