El gobierno de los Estados Unidos está en conversaciones activas con Facebook, Google y una amplia gama de compañías tecnológicas y expertos en salud sobre cómo pueden usar los datos de ubicación obtenidos de los teléfonos de los estadounidenses para combatir el nuevo coronavirus.

 

Los datos podrían ayudar a los funcionarios a predecir el próximo punto de acceso o decidir dónde asignar recursos de salud sobrecargados, de acuerdo a un artículo de The Washington Post.

Recientemente se han publicado noticias sobre los planes de Israel de utilizar datos de ubicación para ayudar a rastrear el COVID-19, que han generado intensas discusiones sobre las implicaciones legales y éticas.