Alibaba no levanta cabeza desde que en un foro financiero celebrado el pasado mes de octubre en Shanghai, el fundador de la compañía y ahora reconocido filántropo, Jack Ma criticara con dureza el sistema financiero chino. Dijo que el modelo operativo de la banca de su país era como una casa de empeño, criticó que la prevención contra riesgos financieros sistémicos les llevara a perder el rumbo y consideró que los Acuerdos de Basilea sobre supervisión bancaria estaban desfasados. Craso error que está pagando su empresa más que caro.
Tras ello vino la debacle. Primero la suspensión inmediata de la salida a bolsa de Ant Group, el brazo financiero de Alibaba y matriz de Alipay en lo que iba a suponer la mayor salida a bolsa de la historia con 35.000 millones de dólares el pasado mes de noviembre y la cotización paralela en dos bolsas. Las autoridades chinas reaccionaron y el segundo capítulo pasa por la investigación contra Alibaba por supuestas prácticas monopolísticas que han hundido al valor en bolsa. Se le acusa de forzar a las compañías que trabajan con ella a aceptar acuerdos de exclusividad para elegir una sola plataforma entre dos competidores.
Detrás de todo ello, se encuentra el enfado monumental de Pekín ante las críticas y por el otro el ávido control que quieren implementar sobre un sistema tecnológico que puede ayudarle a controlar más si cabe el sector tech y la economía, algo en lo que le gana por goleada a Estados Unidos. Ya hay estudios que marcan a China como la primera economía del mundo en 2028 y sigue siendo la dueña y señora del 5G de forma global. Un mundo en el que las tecnologías lo dominan todo y más si cabe en un horizonte de futuro. No hay más que mirar lo que supuso hace unos días la caída de Google y sus aplicaciones.
Con este panorama el valor se ha desplomado en bolsa, por las consecuencias que puede tener para la compañía y el control gubernamental al que se le puede someter a partir de ahora. De hecho en la última sesión cedió más de un 13,3% con unas pérdidas semanales que superaron el 16%. Todo ello acompañando a un mes claramente en negativo, con recortes que rozan el 21% y también trimestrales, del 17,7 y semestrales, que rozan el 2%. Así el saldo anual se reduce a la mínima expresión aunque se mantiene en positivo, con ganancias desde el pasado uno de enero del 4,67%.
Grafica anual de Alibaba (azul) comparada con su sector de ventas al por menor ( beige)
Fuente: WSJ
En la gráfica observamos además como se ha quedado atrás claramente frente al sector que ha recogido los beneficios del “quédate en casa” más allá de los periodos de confinamiento por la pandemia y del auge exponencial de las ventas online que le llevan a ganar, a punto de terminar el ejercicio, un 76,24%.
En cuanto a las recomendaciones Raymond James mantiene el consejo de compra para la compañía con un precio objetivo de 330 dólares por acción, a pesar de la investigación antitrust sobre la compañía. Su analista principal Aaron Kessler considera que el proceso ya se incluye en el actual precio de las acciones de Alibaba y sostiene que el resultado final es que tendrá que poner fin a las afiliaciones de exclusividad que mantiene con las pequeñas empresas que operan en Aliexpress. Desde TipRanks el consenso de los 22 analistas que siguen el valor es unánime: fuerte compra con un precio objetivo de 338,47 dólares y un potencial del 52,53%.
Fuente: Tipranks
Según nos señalan nuestros indicadores premium, Alibaba marca, en modo consolidación, una puntuación total técnica de 6 sobre 10 puntos posibles. A favor se muestra su tendencia alcista a largo plazo, su momento total lento positivo y el volumen a medio y también a largo plazo que se muestra creciente. En contra, la tendencia a medio plazo que es bajista, el momento total rápido que es negativo y el rango de amplitud que se muestra creciente en sus dos vertientes.