Aunque no se perciben indicios de pánico, la deuda corporativa obtuvo rendimientos negativos en el primer trimestre, lo que confirma la visión negativa sobre esta clase de activos. “Los diferenciales parecen estar tocando fondo y los impagos de la deuda high yield deberían aumentar a medida que el ciclo crediticio se invierte”, afirma Nordea AM en su nota.  Todo parece indicar que los mercados han superado, por tanto, la primera fase. La segunda fase podría materializarse más avanzado 2018. “Se prevé un menor aplanamiento y una reversión de la curva de rendimiento estadounidense durante la segunda mitad de año. Esto concuerda con el deterioro del equilibrio entre crecimiento e inflación, ya que la vigilancia de los bancos centrales sore el aumento de los precios podría hacer que el extremo largo de la curva refleje un incremento de riesgo de recesión”.

Con lo que, aunque parece que cada  vez hay más señales sobre la fase final del ciclo, el consenso sigue “obsesionado” con un contexto macro indudablemente sólido.  La gestora se pregunta si puede darse por sentado una relación causal entre economía y mercados. En su opinión, unas valoraciones extremas “podrían invertir dicha causalidad. En ese caso, los mercados se erigirían como el riesgo clave para las perspectivas macroeconómicas en vez de que la solidez del plano macro se mantenga con vida a un mercado alcista ya maduro”.  En su informe, recuerda que desde 1881 el ratio precio-beneficio cíclicamente ajustado (PER Shiller) de la renta variable estadounidense solo ha superado los niveles actuales desde la burbuja de las puntocom.

El siguiente gráfico ilustra las implicaciones de este hecho.

Si incorporamos las valoraciones a los modelos de recesión tradicionales basados en la curva de rendimientos, la probabilidad de que se de una recesión en EEUU se sitúa por encima de los niveles críticos. “Prevemos que la renta variable tocará techo este año, ya que las fases mencionadas anteriormente deberían materalizarse. Nos vamos acercando al punto máximo”.  ¿Qué podría alargar la vida de un mercado alcista ya maduro? Desde Nordea AM hablan de factores como la caída adecuada de la inflación (a través de una ralentización del crecimiento salarial o un aumento de la productividad), que moderaría la disposición de los bancos centrales a endurecer su política y facilitaría la continuación de  ciclo de beneficios; una depreciación del dólar como la del año pasado, que abarataría la financiaciación en un mundo extremadamente endeudado. “Si esta hipótesis no se produjera, los inversores deberían actuar con prudencia y preparar las carteras para un futuro más complicado. Cuando se vislumbran máximos en renta variable, limitar los riesgos de correlación y liquidez es fundamental”, concluye.