El gobierno argentino había interpuesto una apelación en contra del fallo del magistrado, al exponer que la determinación del juez podría suponer una nueva crisis en Argentina, además de considerar violada su soberanía nacional.

Argentina continúa sin pagar a los inversores que hicieron operaciones entre 2005 y 2010 y la sentencia establecida por la cámara estadounidense provoca que el país sudamericano tenga que asumir la totalidad de la deuda, unos 1.400 millones de dólares.

Además, Griesa también añadió que en el caso de que el gobierno argentino no asuma la deuda y no cumpliese sus obligaciones con esos inversores, no le quedaría más remedio que imponer sanciones contra el Banco de Nueva York, es decir, el encargado de realizar los pagos a los acreedores.

Por su parte, el Banco de Nueva York tampoco se mostró muy de acuerdo con la decisión que dictaminó el juez, según el rotativo argentino, y aseguró que no debía ser forzado a realizar los pagos a los poseedores de los bonos reestructurados, o lo que es lo mismo, casi el 91% del total de la deuda. En el caso de que esos pagos quedasen bloqueados, Argentina se situaría en un default técnico con los inversores que aceptaron las condiciones.