El jueves es una fecha marcada en rojo en el calendario. Principales economistas de todo el mundo se darán cita en el norte del territorio estadounidense. Concretamente, en Jackson Hole, Wyoming, para tratar todos los asuntos importantes que conciernen a la economía mundial. Inflación, desempleo global, transacciones, mejora del crecimiento o estancamiento y así hasta un largo etcétera.

Todos los inversores estarán pendientes de lo que suceda en la localidad estadounidense bañada por las montañas que lindan con Idaho y Montana. Ante la caída de los mercados en las últimas fechas y la recuperación económica de Estados Unidos, cualquier atisbo que se muestre de la posibilidad de un comienzo del tapering podría ahuyentar a los movimientos en positivo en Wall Street. Y eso es lo que muchos esperarían de esta reunión, aunque quizá no se encuentren ninguna pista ya que este año la noticia más relevante es la ausencia de Ben Bernanke, presidente de la Fed.


Esto le otorgará el peso principal de la reunión a su mano derecha, Janet Yellen. En plena controversia sobre quién debe ser el sucesor perfecto para ocupar el sillón del hasta ahora máximo responsable de la Reserva Federal Americana la número dos y, una de las candidatas a sustituir a Bernanke, será la cabeza visible de la Fed en Jackson Hole.

Sin embargo, Yellen se encargará únicamente de moderar el debate entre todas las partes y, ante la ausencia de Bernanke, este año no habrá ningún discurso inicial. De hecho, la neoyorikna nada más que se ceñirá a su papel y en ningún momento tendrá la opción de elaborar una argumentación propia frente a los asistentes.

Pero el dato llamativo es que curiosamente el que está llamado a disputar con Yellen el cargo que ostenta Bernanke, Larry Summers, tampoco acudirá a la cita. El ex secretario del Tesoro Americano tomó la decisión de no asistir al Simposio de Política Económica y, muchos economistas, especulan que esta ausencia se debe a no cederle excesivo protagonismo a su principal rival.

Entretanto, Mario Draghi también será otro hombre que no acudirá a Jackson Hole, junto a Mark Carney, recientemente nombrado presidente del Banco de Inglaterra.

Los que sí irán serán los máximos responsables de los bancos centrales de Latinoamérica, México, Brasil y Argentina, principalmente, que en las últimas fechas se están viendo afectados por la política de estímulos llevada a cabo por la Fed.