En declaraciones a Estrategias de Inversión, Pablo Guijarro, analista de AFI, considera que la medida tomada por el BCE "es la más apropiada debido a los problemas que existen en el mercado de dinero del Euro". Este experto considera que las constantes inyecciones de capital del BCE "han servido para mantener la liquidez en el corto plazo, pero aún persisten ciertas dificultades, especialmente a partir de tres meses".
Las grandes protagonistas de la semana han sido las divisas. Asistimos a una consolidación de los niveles alcanzados por el euro hacia el dólar, estamos alejados de máximos históricos pero pensamos que movimientos tan verticales son perjudiciales por las implicaciones negativas que puedan tener sobre las decisiones de política monetaria.
Las palabras de Trichet no suponen ninguna sorpresa con respecto a lo que dirá en los próximos meses pues sigue mostrando su optimismo en materia de crecimiento en la Zona Euro. Sus previsiones siguen suponiendo un riesgo en los precios para el medio-largo plazo y permite que el mercado conserve su expectativa de subida de tipos para diciembre y principios de año.
EEUU evoluciona lentamente y la coyuntura hace difícil nuevas cesiones en el precio, aunque también los rebotes serán limitados, como mucho hasta los 65$ porque los niveles especulativos son más bajos, con lo que los niveles alcanzados en agosto quedan muy lejanos.
Trichet volverá a subir los tipos antes de fin de año, de hecho confirma que no pretende modificar su intención de llevarlos hasta el 3,5% en diciembre. Mantiene la cautela por la inflación y una política monetaria acomodaticia. Es preciso, por el momento, seguir subiendo estableciendo por ahora el 3,5 como nivel de llegada aunque no se descarta el 3,75%.
El precio del petróleo en esta coyuntura de ralentización ayuda a moderar el déficit por cuenta corriente aunque también es cierto que acompaña y reafirma la tendencia de desaceleración global que se espera para 2007, estimada muy por debajo de la tendencia claramente alcista que estamos registrando en este año.
Puede comenzar una corrección ante la que alertamos a los inversores para que cubran posiciones, a pesar de que ésta no será tan fuerte como la que vivimos en mayo y junio. El riesgo se ve incrementado por los vaivenes de la inflación, sobre todo desde la publicación de unos datos de costes laborales estadounidenses fuera de toda previsión. Esto no es alarmante pero ha conducido al mercado a preocuparse por la inflación, tema que había dejado de lado durante el mes pasado.
Mantenemos en este escenario que los tipos alcanzarán en agosto el 5,5% porque la tendencia de precios no va a invertir su tendencia a corto, aunque sí que es altamente probable que las subidas se estanquen en esos valores.
Es una grata sorpresa que los datos reales acompañen a los de confianza, en una clara anticipación de lo que puede ser uno de los mejores trimestres. Y ello a pesar del escenario de elevada inflación.
El lastre del consumo privado no facilita la expansión esperada. Los niveles de inflación no son sostenibles en el 2,5% pero quizás no sean necesarias subidas de tipos por encima del 3,25 o el 3,5%. Como consecuencia, no veremos escaladas de precios en la UE, habiendo tocado el IPC techo en el 2,5%.