Dos términos engloban a los casos de éxito de las cotizadas españolas: innovación y, sobre todo, internacionalización. Lo importante para los directivos de las compañías que cotizan en España es poner muchas fronteras entre sus negocios y el parqué madrileño.
Hace años Banco Popular exhibía con orgullo la bandera de la eficiencia en Europa. La entidad presumía de ser un banco seguro, rentable, de los que hacían negocios con sus clientes de toda la vida. La firma era la estrella de la austeridad en el panorama financiero español. Hace sólo unos días Standard & Poor’s situaba la deuda del banco que preside Ángel Ron en lista en la que se sitúan los bonos basura.
Las acciones de Mapfre cotizan en mínimos desde abril de 2009, en pleno shock post Lehman Brothers. Además de las dudas de su rentabilidad en el mercado doméstico, la aseguradora está acusando la fuerte posición de su cartera en deuda soberana española. A finales del mes de marzo, la compañía poseía casi 10.000 millones de euros de letras del tesoro, lo que supone casi un 60% del total de su cartera.
Aparentemente no hay tantas diferencias entre la bolsa española y la bolsa italiana para que en lo que va de año, las caídas del paqué madrileño dupliquen a las del selectivo de la bolsa de Milán. La respuesta está en el mayor repunte de la rentabilidad de los bonos españoles frente a los italianos. La pregunta ahora es, ¿se comportará mejor la bolsa española si la presión sobre la deuda comienza a disminuir?
Con el verano en ciernes, los accionistas de las dos cadenas hoteleras cotizadas en bolsa siguen sufriendo la frialdad de los mínimos en los que siguen atrapadas. La caída de la demanda en Europa y el alto endeudamiento hacen que, probablemente, los títulos de estas compañías tarden años en volver a los niveles anteriores a la crisis.
Sólo los accionistas de Sacyr Vallehermoso que ya estaban en la compañía cuando las dos empresas se fusionaron en 2003 podrán recordar una cotización tan baja como la actual. Los títulos de la compañía cotizan en mínimos de 1995, ocho años antes de que se produjera la unión entre las dos constructoras.
Algunos analistas extranjeros han señalado que las participaciones preferentes de algunos bancos españoles, como el Santander, podrían ser una buena opción de inversión, siempre y cuando se adquieran a un precio inferior al nominal. Pero, ¿son realmente una opción interesante?
Un total de 27 compañías del selectivo valen menos de 10.000 millones de euros
El desplome de las empresas que componen al selectivo español en los últimos ejercicios ha convertido al Ibex 35 en un índice repleto de chicharros. Casi un 80% de sus 35 empresas no alcanzan los 10.000 millones. Esa, en teoría es la la capitalización mínima que, teóricamente, tiene que tener una cotizada para considerarse un blue chip.
El gobierno de EE.UU podría obtener un 10% del rescate
Nacionalización. La palabra en sí parece que pesa y los efectos entre los inversores son total y absolutamente devastadores. Baste señalar que en la última semana las acciones de Bankia han llegado a caer alrededor de un 15%, las bolsas de todo el mundo se han desplomado y a la nacionalización le han seguido sin demora los términos de intervención y FMI. Pero, si la historia se repite, el gobierno español podría haber hecho un gran negocio. Eso sí, para los inversores la experiencia es totalmente diferente.
El Ibex 35 cierra con una subida del 3,42%, en 7.045 puntos, en lo que ha supuesto la mayor subida del año. Los inversores han valorado positivamente la nacionalización de Bankia y los resultados de Repsol