Repsol es una de las principales compañías que componen nuestro Ibex 35, perteneciendo al sector de oil & gas, erigiéndose como la gran petrolera española tras el desenlace de su antigua competidora Cepsa.
Repsol ha destacado como una compañía excelente en su capacidad de refino con unas reservas muy limitadas, por lo que su crecimiento proviene más de adquisiciones empresariales que de hallazgos. El crecimiento natural de Repsol siempre se ha completado centrado la mirada hacia Latinoamérica, y de ahí nace su acuerdo con YPf y Petrobras.

La falta de reservas, el marco normativo y la falta de estabilidad en el seno accionarial han sido una losa constante que han frenado la cotización de Repsol en la última década.
2014, a falta de saber qué sucederá con Repsol, es un año clave. Aún así, hay cosas que se han resuelto positivamente, como la expropiación de YPF, pues los bonos públicos argentinos que Repsol recibió fueron liquidados en un tiempo récord, superando las previsiones de todos los analistas e, incluso repartiendo un dividendo extraordinario de 1.324 millones de euros entre todos los accionistas, a razón de 1 euros por acción.

La duda acerca del núcleo duro accionarial también se ha resuelto positivamente con la salida de Pemex del consejo de la compañía, aunque se mantiene con un 9,23% del capital, defendiéndose como un socio estable, estratégico y de largo plazo.

Manrique, a diferencia de Rivero, es un socio que aporta a Repsol y no supone un lastre, puesto que su anterior dirigente priorizaba los intereses de Sacyr a los de la propia petrolera frenando las inversiones y presionando a Brufau para que repartiera más dividendos.

Sacyr debe refinanciar en los próximos meses 1.300 millones de euros y la participación en Repsol supone el 40% del endeudamiento total de la constructora. Las condiciones del mercado de renta variable, así como el mercado de financiación, son claves para admitir que Sacyr mantendrá su participación en Repsol. Sin embargo, la participación de Sacyr me parece que sigue siendo un lastre, pues no es bueno tener un accionista tan apalancado, aunque las nuevas condiciones de refinanciación de la deuda permitirán una mayor tranquilidad a Sacyr y, por ende, a Repsol.

Repsol es una compañía con muchas virtudes y caja neta para aumentar sus reservas mediante adquisiciones. Su capacidad de inversión se estima en unos 9.000 millones de euros y esperamos inversiones con retornos de 7-8% lo que le permitirá dar un salto cualitativo en el Ebitda sin empeorar las métricas de apalancamiento. Este hecho, juntamente con los hallazgos de los pozos de Brasil, aseguran el futuro de Repsol, que está muy poco valorada en bolsa.

En el plano operativo, a nivel técnico está cotizando en una importante tendencia alcista, recuperando fuerza positiva y cotizando en niveles no vistos desde finales de 2011. Los próximos meses Repsol podría ir a buscar los 23 euros, zona de complicación que, en caso de superarse, podría llevarle a buscar máximos históricos. La venta de Pemex y el reparto del dividendo han supuesto un varapalo para la compañía, pero lejos de asustarnos, nos permite una nueva opción de entrar en continuación. Está cotizando en zona del 50% del retroceso de Fibonacci, zona de precios en la que estaremos dispuestos a comprar el 50% de la posición total neta estimada. La superación de los 19,50 euros el viernes, nos permite entrar en break out y plantearnos una salida de Trading direccional con stop loss por debajo de los 18,50 euros.