La compañía viene de su renacimiento una vez procedió a la quiebra en torno al año 2008/2009, por la crisis de deuda. Fue una de las empresas que llamó más la atención porque el número de empleos que tiene es casi de interés nacional. Como siempre, los americanos son muy pragmáticos en todo lo que hacen. Hicieron un concurso de acreedores y los bonistas se convirtieron en dueños de la compañía.

Estas compañías necesitan mucho CAPEX para poder desarrollar su actividad. Por lo tanto, son cíclicas y que están muy expuestas a la volatilidad de la crisis y que jamás van a resolver el fallo que tienen. En este sentido, General Motors, a pesar de su reestructuración ha incrementado sus niveles de deuda.

En junio de 2013 su deuda a largo plazo era de 16.000 millones de dólares y ahora mismo estamos en 24.000 millones de dólares. Por tanto, sube la deuda y la compañía se sitúa en un escenario no muy adecuado para buscar crecimiento. Es cierto que durante la parte más atractiva del ciclo económico, la fuerza relativa respecto a lo que es el índice ha sido francamente importante. Pero ahora hay una divergencia clara y el valor manifiesta debilidad.

Estamos viendo una tendencia bajista casi en toda regla, que podría confirmarse cuando se pierdan los 31,50 dólares. Ahora estaríamos en una fase casi bajista. Vamos a darle tiempo al precio, pero cualquier rebote que respete la línea de tendencia trazada nos daría una opción para intentar buscar una posición bajista.